Child of the light

Child of the light
Jackson 5

sábado, 29 de mayo de 2010

Child of the light cap 6

.Jimmy estaba muy arrepentido.

No sabía porqué había hecho eso, ni siquiera entendía que había hecho, sólo sabía que sintió como una extraña energía recorría su brazo hasta golpear de lleno la frente de aquel mocoso.

Y ahora el niño estaba inconsciente, sin reaccionar a los esfuerzos inútiles de sus hermanos por hacerlo despertar.Joe miraba la escena, molesto, moviéndose de un lado a otro como una fiera enjaulada, lanzando improperios y con actitud de querer reventar su puño contra algo. Jimmy llegó a creer que se encontraba preocupado por su hijo, pero los que conocían al patriarca Jackson sabían muy bien a qué se debía su descontento.

Suzanne entró de pronto otra vez en el salón, había salido corriendo y ahora volvía con un frasco de sales en la mano. Se abrió paso entre el corro de niños asustados que era ahora los J5 y, colocando su mano en la nuca de Michael, pasó la boca del frasco bajo su nariz.

Las pupilas del niño comenzaron a relajarse poco a poco, al tiempo que una ligera tos se dejaba oír desde sus labios. Jackie, Marlon, Jermaine y Tito respiraban aliviados al tiempo que sonreían; Joe se acercó a mirar, menos frenético pero aun con el semblante tenso.

-¿Michael, te sientes bien?- Preguntó Jackie.

-S… sí.- Tartamudeó el niño, tosiendo otro poco.

-¿Qué te pasó?- Inquirió Marlon, quien aun se hallaba asustado y esbozaba una sonrisa nerviosa.

-Yo… yo… no sé…- Respondió, echando una ojeada fugaz a Jimmy, quien se percató de ella.

-Quizá fue el calor, o el cansancio. Por Dios, deberíamos cancelar el concierto de esta noche, llamar a un doctor y…- Decía Suzanne; Joe de inmediato intervino.

-No es necesario, él estará bien, lo hará.- Suzanne miró a Joe, entre alarmada y dudosa.

-Una vez actúo con temperatura alta.- Añadió, inocentemente, Marlon. Michael asintió levemente con la cabeza, dándole la razón a su hermano.

-Estoy bien, no necesito un doctor, sólo… necesito lavarme la cara, ¿puedo?-

-C…claro Michael.- Suzanne le ayudó a ponerse de pie.- Jackie, acompáñalo al baño, por favor.- Jackie se aprestó para acompañar a su hermano.

-Espera.- interrumpió Joe.- Él puede ir solo. Jackie, tú y los demás continúen trabajando voces e instrumentalización. Michael, tienes cinco minutos.-

-¡Pero, Joe…!- Murmuró Suzanne, Michael salió del salón a toda prisa, no sin antes hacerle una sutil seña a Jimmy, indicándole que le siguiera. El muchacho, sorprendido, obedeció.

Ya en el baño, el niño se lavó el rostro. Cuando divisó a Jimmy a través del espejo que yacía frente a él, se giró para encararlo.

-¿Entonces… eres de verdad?- Preguntó con timidez.

- Sí.- Respondió el fantasma.

-Eso que pasó…- Murmuró Michael, señalándose la frente.

-¡Perdón! ¿Sí? ¡Pero es que me hacías caso y no sabía qué…!- Espetó Jimmy, a la defensiva, haciendo aspavientos mientras hablaba, nervioso, pero se notaba que estaba apenado.

-¿Eso fue lo… lo que te pasó?-

-Sí… creo que sí.-

-Se siente muy feo…- Replicó el niño, con un tono muy inocente.- es como si te atravesaran la cabeza con algo que quema…-

-Me dispararon en la cabeza, pero no supe quien lo hizo.-

-¿Y… para qué me quieres? Digo… ¿Por qué querías hablar conmigo?-

-Mi familia no sabe… ellos no saben lo que me pasó, nadie me ha podido ver hasta ahora, ¡debes ir a verlos y decirles lo que me pasó!-

-¡¿Yo?!- Exclamó el niño con sorpresa.- ¿Pero cómo voy a hacer eso?-

-Mi familia está en Harlem, sólo ve a mi casa y diles…-

-No, no, no, digo, ¿Cómo voy a hacerlo? ¡No me van a creer!-

-¡Pues has que te crean!-Exigió Jimmy, desesperado, con un gesto que hizo retroceder a Michael un paso.

-¡¿Y me puedes decir cómo?!- Le contestó el niño, molesto, con ese carácter que le hacía confrontar a su padre.- ¡No voy a llegar a su casa y decirles “hola, soy Michael Jackson, y el fantasma de James me pidió que viniera a hablarles”! ¡¿O sí, viejo?!-

-Tienes razón, no puedes ir a verlos así.- Michael se cruzó de brazos, recargándose en el lavamanos, por lo menos le había hecho ver que tenía razón.

-Tendrás que ir a la policía primero y decirles que me mataron, tendrás que llevarlos a donde está mi cuerpo.-

-¡¿Qué?!- Gritó el niño, casi resbalándose de dónde se hallaba recargado.

En ese momento la puerta se abrió. Joe apareció, miró a Michael de forma severa, pero relajada.

-¿Qué haces?- Le preguntó a su hijo.

-Nada.-Joe miró alrededor. Estaba seguro de haberle oído gritar. Viendo que se hallaba solo, lo miró de nuevo.- Es hora de que vuelvas al ensayo.-

-Sí.- Michael echó a Jimmy otra mirada para que lo siguiera, dándole a entender que hablarían más tarde.

El resto del ensayo se llevó con tranquilidad, como si no hubiera pasado nada anormal al ritmo de trabajo ordinario. Horas después, tras prepararse, el grupo salió rumbo al lugar del concierto entre sus raras y extremas medidas de seguridad. La presentación de esa noche casi fue igual o más frenética que la del Madison, con la diferencia de que el equipo pudo evitar otro desastre similar al de Nueva York con mayor eficacia.

Al terminar, volvieron al hotel. Joe los dividió como solía hacerlo, quedando Jermaine y Michael en una misma habitación.

-¡Estoy muerto!- Exclamó Jermaine, dejándose caer en la cama.

-Yo también.- Dijo Jimmy, entrando en la habitación junto a Michael, el niño no pudo evitar reírse ante aquel comentario.

-¡Vaya, por fin te veo reaccionar, viejo!- Dijo Jermaine al oírlo reír.- Nos estabas asustando, estabas más callado de lo normal desde lo de la tarde, ¿ya te sientes mejor?-

-Sí… gracias.- Michael sonrió.

-Será mejor que pida algo de cenar, me muero de hambre, además no has comido nada y Jackie me mataría si supiera que no he ordenado la comida.- El chico tomó el teléfono y comenzó a marcar el número de servicio a la habitación.

Michael se sentó cerca de la ventana, vio como Jimmy se acercaba, sentándose frente a esta y mirando hacia la ciudad.

El niño observó a Jimmy. El semblante de su rostro se veía muy triste y su mirada yacía perdida.

-… sí, y una gran rebanada de pastel de chocolate, por favor.- Decía Jermaine en el teléfono, se giró y miró a Michael, era claro que el pastel que encargaba era para su pequeño hermano.

Michael volvió a mirar a Jimmy y pensó en lo horrible de su situación. Perdido entre dos mundos, sin poder hablar con los suyos; pensó en la madre de Jimmy, en sus hermanos, en lo preocupados que debían estar por saber de él.

Y la única persona que podía verlo y oírlo se encontraba asustado ante la idea. No entendía por qué, de entre toda la gente, era precisamente él quien podía comunicarse con Jimmy… ¿por qué tenía que ser él? ¿Por qué no otro?

De pronto se sintió avergonzado de aquél pensamiento. Miró de nuevo a Jimmy y, tras respirar hondo, dijo en un murmullo.

-James… ¡James!- El chico fantasma se giró a mirarlo.

-¿Qué?-

-Está bien… te ayudaré.-

Jimmy sonrió agradecido.

Child of the light cap 5

El concierto de esa noche fue uno de los más caóticos y tumultuosos de que tengan memoria en el Madison Square Garden.

Los millones de adolescentes entusiasmados por sus ídolos, se dejaron ir contra el escenario a mitad del espectáculo, haciendo que el equipo de seguridad interviniera, sacando a los chicos de ahí, para luego en cuanto la situación se calmó y terminara asíel concierto.Por todo este caos, Jimmy se vio imposibilitado para hablar con Michael, además de que al parecer, el niño se hacía el desentendido ante su presencia, como si pretendiera no verlo o ignorarlo por completo.

Al terminar el concierto y saliendo del Madison en la limosina (pues no hubo oportunidad de echar a andar la charada de los dobles), rodeados de un fuerte equipo de seguridad, el grupo y su comitiva se trasladó directo al aeropuerto, pues el itinerario marcaba otra presentación en Detroit al día siguiente, esa noche ni siquiera podrían volver al hotel, deberían dormir en el avión. Jimmy se fue con ellos en el auto y abordó la aeronave, decidido a hacerse escuchar por Michael, pero el niño estaba tan cansado que, pese a su renuencia habitual a viajar en avión, con solo llegar al asiento, cayó profundamente dormido. Jimmy se ubicó justo detrás de él, devanándose los sesos para hallar la forma de llamar su atención.

- Procuren descansar lo suficiente, chicos, pues al llegar al hotel haremos un ensayo en un salón del mismo para luego ir al concierto.- Decía Suzanne.- Pidan a la azafata de cenar y pónganse lo más cómodos que puedan.-Los chicos siguieron el consejo de la joven e intentaron relajarse.

Jackie solicitaba la cena para todos sus hermanos, pues vio que cada uno ya se estaba dedicando a sus propias distracciones y seguro olvidarían comer, y dado que Joe se enfrascaba en negociaciones con el equipo, sin ocuparse otros asuntos, Jackie como hermano mayor, solía tomar las riendas en el aspecto del cuidado de sus hermanos.

Marlon había tomado unas revistas del carrito de la azafata y con el rostro pegado a la ventanilla, se dedicó a hojearlas perezosamente, Jermaine charlaba con Suzanne, preguntándole si de casualidad había recibido alguna llamada por parte de Hazel Gordy.Tito sacó su cámara fotográfica, la preparó y comenzó a mirar a su alrededor, sacando alguna que otra fotografía, pues además de que esa era una de sus aficiones, había prometido a Dee Dee, su novia, llevar fotos de todo lo ocurrido durante la gira. La azafata llegó en ese momento y le colocó el plato en la mesita del asiento, para después llevar a los demás lo ordenado por Jackie.

-¡Genial, comida!- Exclamó, Marlon, contento; dejando las revistas de lado comenzó a comer.

-Jermaine, ya es hora de cenar.- Le dijo Jackie a su hermano, al ver que aun seguía buscando noticias de Hazel.- Tito, deja eso y come, Michael…-

-Está dormido.- Dijo Marlon, se hallaba sentado en el asiento ubicado frente al de Michael, se asomó por encima del respaldo para verlo mejor.

-¿En serio? ¡Vaya, le cayó de peso el concierto!- Dijo Tito, acercándose con la cámara. Después le tomó una fotografía al pequeño durmiente.

-¿Lo despierto?- Inquirió Marlon, mirando a Jackie

No, déjalo que descanse. Cuando despierte le pediré otra vez la cena, ¡y tú deja eso y come ya!- Volvió a insistirle a Tito. Suzanne los miraba divertida.

Pasadas unas horas arribaron en Detroit. Michael aun se hallaba dormido y tuvo que ser despertado por Suzanne para bajar del avión.

Nuevamente una multitud se encontraba en el aeropuerto para recibirlos, entre gritos efusivos. Tras saludarlos de lejos, el grupo abordó otra limosina y se dirigió al hotel.

Michael, dentro del auto, miraba cuidadosamente a su alrededor, temeroso de encontrarse con Jimmy, al no verlo respiró con tranquilidad y dio paso a la teoría de Suzanne, el cansancio le había hecho ver cosas que no existían y el dormir de corrido en el avión, aunque no fuera el lugar más confortable del mundo, le había sentado de maravilla, alejando las alucinaciones

Marlon… ¿de donde sacaste eso?- Preguntó Jackie a su hermano, quien se hallaba leyendo unas revistas.

-Ooops… olvidé dejarlas en el avión.- Respondió divertido el muchacho, mientras su hermano mayor se dejaba caer al respaldo del asiento, mirando hacia arriba.-Hey Mike, ¿Te encuentras mejor?- Le preguntó luego al pequeño. Michael, sonriendo, asintió con la cabeza.

-Sí, mucho mejor, gracias.-

-Sabía que el descanso te haría bien.- Intervino Suzanne.- Ahora concentrense en la siguiente presentación, chicos, ¡y enloquezcan a Detroit!-

-¡Sí!- exclamaron todos gustosos. Joe, quien también iba en el coche, se mantenía al margen de las conversaciones.

Al llegar al hotel, fueron recluidos de inmediato en un salon especialmente acondicionado para ellos. Como Suzanne había dicho, harían un ensayo para luego salir al concierto.

Los chicos comenzaron a prepararse para trabajar.Michael tomó el micrófono del pedestal, cuando de pronto sintió que el ambiente se volvía muy frío. Miró hacia un lado y lo vio.

Jimmy estaba ahí otra vez.

Lanzó un gritito ahogado y aferrándose de nuevo a la manga de Jermaine, lo sacudió desesperado.

-¡’Maine! ¡’Maine! ¡ahí está! ¡Ahí está otra vez!- Jermaine estaba confundido, siempre había sido el blanco favorito de las bromas de su pequeño hermano, ¿Acaso esta se trataba de otra más?

-Hombre, ¿pero de qué hablas? Ahí no hay nada, Mike.-

-¡Muy bien, chicos, comencemos desde arriba, con tesón y animo!- Decía Suzanne, entrando en el salón disponiéndose a ver el ensayo.Michael ocupó su lugar.

Los chicos comenzaron a tocar mientras Michael empezaba a cantar, esforzándose de nuevo en ignorar a Jimmy. Jimmy, empezó a seguirlo por todo el escenario improvisado.

-Niño, no soy una alucinación, mi nombre es James Thompson, estoy muerto, me mataron.-

Michael se estaba asustando. Bailaba y se movía por todo el escenario, escapando de Jimmy, este le seguía con insistencia sin parar de hablar.

-No sé cómo pasó… no sé ni qué pasó con mi cuerpo, mi familia no sabe nada y no puedo hablar con ellos.-Michael dio otro giro, de su boca salían los versos del coro de “Standing in the shadows of love”, pero su cabeza repetía una y otra vez que eso no era real.

Jimmy, cansado de la indiferencia del niño se detuvo frente a él, y sin saber que le motivo a hacerlo, le apuntó en la frente con los dedos, simulando una pistola, la cual hizo el gesto de disparar.



En ese justo momento, los ojos de Michael se abrieron desmesuradamente, sus brazos cayeron flácidos a los lados, paró de cantar y cayó de espaldas sobre el piso, inconsciente.

-¡Michael!- Gritó Jackie, corriendo a ayudarlo. Tito y Jermaine, deshaciéndose de sus instrumentos y dejándolos caer al piso, corrieron a auxiliarlo. Marlon y Suzanne se acercaron de inmediato.Michael yacía en el piso, con los ojos muy abiertos, pero fijos.

Se hallaba inconsciente.

miércoles, 19 de mayo de 2010

Child of the light cap 4

-¡Niño! ¡Niño! ¡Tengo que hablar contigo!- Le gritaba Jimmy a Michael mientras iba tras el grupo a través de un laberinto de pasillos que llevaban a la puerta trasera del hotel.

-¡No te hagas el sordo! ¡Sé qué me oyes!- Se aventuró a exclamar con desesperación. Michael se detuvo y miró hacia atrás, con lo cual Jimmy confirmó que le escuchaba así como podía verle; de inmediato, el niño fue jaloneado por Joe para que siguiera caminando, al tiempo que le rumiaba algo sobre “no quedarse atrás”.

-¡’Maine! ¡’Maine! ¿Lo oíste? ¿Lo viste?- Le preguntaba Michael a Jermaine, aferrándose a su antebrazo y jaloneándolo, nervioso.

-Hombre, ¿de qué hablas?- Preguntó el muchacho, sin comprender lo que su hermanito se traía, ¿Acaso se había elegido ese preciso momento para jugar?

-Nos está siguiendo… me está hablando…- Susurró. Joe los miró, empezaba a encolerizarse.-

Vamos, Mike, deja los juegos para más tarde; tenemos trabajo qué hacer.- Le respondió, también en un susurro, tomándolo de la mano y saliendo con él a toda prisa del hotel e ingresando en la furgoneta.

Ya instalados en el vehículo, el chófer esperó a la señal de Suzanne, quien al ser informada de la salida de la limosina con los dobles y su comitiva, le ordenó arrancar. Michael se hallaba sentado entre Jermaine y Jackie ; cuando el vehículo arrancó, se asomó con discreción a la parte trasera del coche y miró a Jimmy, parado en la puerta del hotel. Asustado, Michael se hundió en el asiento. Jermaine y Jackie le miraban extrañados, para luego verse entre ellos, como en un diálogo secreto en el que trataban de descifrar lo que le ocurría a su hermano.

Tras unos minutos llegaron al Madison. Bajando rápidamente, envueltos en otro operativo de seguridad, para luego llegar al escenario en dónde todo estaba preparado para comenzar el ensayo.

-Bien, chicos, comiencen con “I want you back” y luego sigan con “ABC”, ¿De acuerdo?-

-Sí, Suzanne.- Respondieron los niños al unísono, tomando los micrófonos y los instrumentos, dando paso al ensayo.

Michael se adentró en las canciones, dejándose llevar por la música. Como siempre le ocurría, estando en el escenario, cantando y bailando, las preocupaciones y tensiones se hacían menos, hasta casi desaparecer.

Se sentía tan tranquilo y feliz al finalizar la segunda canción, que sonriendo miró a Suzanne; cuál sería su sorpresa al ver a Jimmy parado detrás de ella. El susto fue tal que pegó un grito y soltó el micrófono, retrocediendo unos pasos.

Marlon, Jackie, Jermaine y Tito, miraban sin entender; se acercaron a Michael preguntando qué era lo que le pasaba.

-¡Ahí está! ¡Ahí está! ¡¿No lo ven?!- Repetía con ansiedad y el desconcierto reflejado en el rostro, señalando hacia Suzanne. La joven volteaba a su espalda, esperando encontrar aquello que tenía tan asustado a su joven estrella, pero lamentablemente no había absolutamente nada.

O al menos eso pensaba ella.

-Michael, cariño, aquí no hay nadie.- Dijo Suzanne conciliadoramente, tratando de calmarlo. Joe entró al escenario por uno de sus laterales y, jalando a Michael del brazo, lo llevó aparte.

-¡¿Me puedes decir qué te has propuesto, muchacho?!-

-¡Ahí está! ¡¿Es qué no lo ven?!- Le gritaba, alterado y a la vez retadoramente, parte sus nervios, parte su carácter rebelde.

-¡Michael, déjate de estupideces! ¡¿Qué no te das cuenta que el concierto de esta noche es de gran importancia?! ¡¡No es el momento para que me salgas con juegos idiotas!!- Le gritaba, a la par que zarandeaba al niño. Michael forcejeaba con él, ahora más enojado que asustado.

Suzanne, que a estas alturas ya sabía como se las gastaba el patriarca del clan Jackson, subió al escenario y se dirigió al lateral donde estaban los dos, interviniendo entre ellos de modo que tomó a Michael de los hombros con suavidad, apartándolo hábil y rápidamente de las manos de Joe.

Colocándose al nivel del niño, la joven Depasse le habló, sonriendo para intentar calmarle.

-Michael, quérido, sé qué estás muy cansado, no has dormido bien y el estrés del concierto puede producir esta clase de efectos… tú sabes, se empiezan a ver cosas que no existen por el cansancio. Te entiendo, todos estamos cansados, pero este es un concierto muy importante, ¡es el Madison Square Garden! Solo los mejores se presentan aquí, ¿lo entiendes? Los mejores y ustedes son de los mejores.-

Michael la miraba medianamente más relajado.

-Y cómo uno de los mejores, por favor, te lo pido, supera esto y da lo mejor de ti en el concierto, ¿Lo harás?- Michael asintió con la cabeza. Suzanne le dio un beso en la frente y le alborotó el cabello, sonriendo.

Joe observaba la escena desde un rincón, tratando de controlar su ira. Jimmy, impactado, también veía todo desde la otra entrada al escenario, ¿qué clase de vida llevaban los nenes de chicle? Se preguntaba.

Michael volvió a su puesto entre sus hermanos y recogió el micrófono que aun yacía en el piso; lo colocó en el pedestal mientras Tito comenzaba a tocar los primeros acordes de la siguiente canción.

El pequeño miró de reojo hacia donde Jimmy estaba, aun podía verlo ahí, de pie, a un lado del escenario.

miércoles, 12 de mayo de 2010

Child of the light cap 3

Child of the Light

Cap. 3

Jimmy no tardó mucho en llegar al plaza, era casi como si se hubiese deslizado inconscientemente hasta ahí, con el solo hecho de pensarlo.

El sol apenas empezaba a asomarse de nuevo, pero ya había hordas de chicas adolescentes apiladas al frente de aquél edificio. Jimmy caminó a través de aquellas niñas y se adentró en el hotel; ya en el lobby, se dispuso a superar el siguiente obstáculo.

Conocer el paradero del grupo.

Deambuló unos minutos por el lugar, desorientado, a la caza de alguna pista que pudiera indicarle el camino a seguir, pero era en vano; aparentemente los empleados tenían órdenes estrictas de permanecer herméticos en cuanto a la presencia de los chicos se refería, ya que, salvo a la horda de jovencitas acampando frente al hotel, cualquiera diría que el dato de su hermana se hallaba errado y que los Jackson 5 no se hallaban ahí.

Ligeramente descorazonado, Jimmy se sentó al pie de las escaleras que conducían al siguiente piso. Apenas comenzaba a preguntarse sobre que hacer ahora, cuando la puerta del ascensor que yacía a unos pasos de la escalera se abrió, dando paso a una joven y elegante mujer que, acompañada de un hombre de aspecto hosco, se acercaban a un tercer sujeto que venía de la entrada, caminando a paso veloz.

-La entrada está bloqueada.- Dijo este, acercándose a la mujer y al hombre.- los autos no podrán acercarse, es más, no los hemos movido para no alertarlas.-

-Eso estuvo bien, Ryan.- Replicó la mujer, echando una rápida mirada hacia la puerta e indicándoles a ambos hombres que la siguieran a un lugar más alejado a la vista de esta.

-Deben estar en el Madison en 20 minutos.- Dijo, o mejor dicho, gruñó el hombre de aspecto hosco, a Jimmy le recordó al viejo bulldog que tenía su abuelo en Kentucky.

-Lo sé, lo sé, Joe, arreglaremos esto. Ryan, di al chófer que prepare la camioneta y la lleve a la puerta trasera del hotel, que espere a los muchachos, saldrán en 15 minutos. ¡Leroy!- Gritó a otro hombre que se hallaba cerca; este se acercó con rapidez.- Prepara a los dobles, diles a ellos y a su comitiva que los quiero en el lobby en diez minutos, listos para salir.-

-Sí, Suzanne.- Respondió Leroy, para luego perderse en el interior del recinto.

Jimmy no podía creerlo… ¿Dobles? ¿Salir por la puerta trasera? Eso era algo que jamás habría imaginado.

Pero pronto dejó de lado ese asunto, lo importante es que había encontrado lo que buscaba, la forma de llegar con el grupo. Cuando Joe y Suzanne volvieron a entrar en el ascensor, Jimmy fue con ellos, pues era seguro que se dirigían a dónde él quería ir.

Cuando llegaron al piso que el hotel había cerrado exclusivamente para los chicos, Jim caminó detrás de Joe y Suzanne, siguiéndolos, sin perderlos de vista ni separarse de ellos ni un segundo.

Aun tenía sus dudas, se preguntaba si estaría haciendo lo correcto o solo se hallaba inmerso en una búsqueda sin sentido e inútil, una perdida total de tiempo y esfuerzo, después de todo… ¿Quién le garantizaba que ahí pudieran ayudarlo? Sólo iba siguiendo una estúpida luz que creyó ver en un momento de desesperación.

La joven mujer y el hombre bulldog se detuvieron frente a una puerta; ella la abrió y, animosa, entró en el recinto seguida de Joe.

-¡Bien, chicos! ¿Cómo amanecieron? ¿Listos para el ensayo previo al concierto?- Exclamó sonriendo a los cinco muchachos que se hallaban congregados en la misma habitación, preparándose para salir.

-Siempre estamos listos.- Dijo Jackie, el hermano mayor, correspondiendo con una sonrisa al saludo de Suzanne, a lo igual que los otros chicos.

-Yo todavía tengo sueño… y hambre…- Murmuró Marlon con una risita, la cual cortó de golpe cambiando de inmediato su postura por una más seria al notar que Joe venía detrás de Suzanne.

-¿A qué hora salimos?- Preguntó Jermaine, poniéndose el saco y arreglándose el cabello.

-En diez minutos, y deberá ser por la parte trasera del hotel, el frente está bloqueado.- Al decir esto, Marlon, Jackie, Jermaine y Tito se asomaron instintivamente a mirar de soslayo por las ventanas.- Sí, chicos, sus fans han tomado el control de la entrada del hotel, creo que incluso han destrozado las jardineras, me parece que lo añadirán a la cuenta, ya puedo oír los gritos de Berry… Michael, ¿Qué te ocurre?- Inquirió la joven, interrumpiéndose al ver que el niño se hallaba muy seriecito, mirando hacia la puerta.

-Es qué…- Murmuró el muchacho sin dejar de mirar hacia ese punto, solo desvió la mirada para ver a Suzanne. Michael esbozó una tímida sonrisa.- ¿Quién es él?- Terminó por preguntar en voz muy baja y señalando levemente con la cabeza hacia dónde se hallaba Jimmy, extrañado por que sus hermanos se comportaban como si no hubiese nadie ajeno al grupo en la habitación.

Al oírlo, los chicos se giraron, abandonando su espionaje por la ventana. Suzanne y Joe voltearon a su espalda, mirando con extrañeza.

Jimmy, al ver que el niño no le quitaba los ojos de encima y que incluso había preguntado por su identidad, no cabía en sí de gusto y asombro.

¡Su búsqueda no había sido en vano!

-Michael, quérido, ¿de quién hablas?- Inquirió Suzanne, buscando insistentemente con la mirada detrás de sí. Michael la miró con una mezcla de sorpresa e incredulidad en el rostro.

-De… de él…- Insistió.- ¿Quién es…? ¿Nos lo van a presentar?- Volvió a decir en un murmullo, pues si era uno de los tantos agentes de Motown, sabía que debía comportarse con propiedad si no quería recibir una regañina por parte de Joe.

Los chicos, detrás de él, soltaron una risita.

-Vamos, Michael, todavía estás dormido.- Dijo Marlon.

-Espabílate, que tenemos que trabajar.- Agregó Jermaine, sacudiendo con la mano el cabello de su hermanito al pasar junto a él.

-Deja ya de inventar tonterías, muchacho.- Sentenció Joe.

-Bien, si ya están listos, vámonos, nos esperan en la camioneta.- Aclaró Suzanne, saliendo de la habitación.

-Muévanse.- Gruñó Joe, yendo detrás de la mujer; tras él salieron sus hijos. Michael iba casi al último, echando una mirada fugaz al “hombre invisible” que se quedaba en la habitación.

Jimmy los vio salir, sintiéndose aliviado. El chico podía verlo, ¡eso ya era algo! Ahora solo debía hablar con él, pedirle ayuda, y para eso no debía despegarse de él ni un segundo.

Salió detrás de ellos a toda velocidad.

sábado, 8 de mayo de 2010

Child of the light cap 2

Agua…

Eso fue lo único que sintió Jim después de aquella conmoción, era como si le hubieran echado una enorme cubetaza de agua en la cara, haciéndole abrir los ojos de golpe.

No entendía lo que había pasado, casi no recordaba lo ocurrido ni era capaz de reconocer en dónde estaba. Le costó trabajo identificar que se hallaba en medio de la calle.

¿Qué había sido eso? El relámpago, el agua, era raro, ¿Acaso se había visto atrapado en medio de una tormenta?

Pero pronto recordó… no se hallaba en la calle, no hacía unas horas; estaba en la bodega, trabajando para Sam, no podía haberse visto atrapado en una tormenta.

Recordó también el ruido, el hecho de haber ido a revisar y encontrarse con aquella persona… ¿Quién era? Lo conocía, sí, eso lo recordaba, pero no ubicaba su rostro, era como si se hubiese borroneado con el golpe o el agua.

No había podido decirle ni una palabra a esa persona, pues este le había apuntado con una pistola, sin darle más tiempo que para abrir los ojos desmesuradamente ante la sorpresa; luego, el destello, la quemadura, el dolor, el agua…

No lo entendía, Jimmy no lo entendía, ¿Qué había sido eso? ¿Un mal sueño? ¿Qué significaba? ¿Qué él había…

Apoyó su mano en un poste que se hallaba sobre la acera por la cual caminaba, pero no pudo afianzarse a él, por el contrario, su mano atravesó el metal como si fuera aire.

…muerto?

Se hallaba muerto… ¿Pero… cómo… por qué? Aquel rostro conocido, aquel sujeto que conocía y no recordaba le había matado dejando desamparada a su familia.

¡Su familia! Al pensar en ellos, la angustia lo embargó. Corrió con todas sus fuerzas con rumbo a su casa, quizá al llegar ahí toda esa estúpida pesadilla se acabaría, él abriría los ojos de nuevo y se daría cuenta de que estaba en su cama. No le costó mucho llegar a Harlem, su barrio; parecía que el solo hecho de pensarlo le había transportado a la entrada de aquel camino lúgubre de casas pobres y gente con mirada de desesperanza.

Caminó aprisa hasta su casa; su madre y sus hermanos se hallaban ahí. Jimmy estiró su mano para tomar el picaporte de la puerta, pero nuevamente le atravesó como si no existiera; esto le hizo sentir que su angustia aumentaba.

Entró a la pequeña casa traspasando la puerta y miró en su interior. Su madre tenía poco de haber llegado y se encontraba sentada en el desvencijado sillón de la sala, rodeada de sus niños quienes la atendían para ayudarle a descansar de la larga jornada del día.

-¿No ha llegado Jimmy?- Inquirió la señora a su hija, una jovencita de trece años que, amorosamente le ayudaba a sacarse los zapatos.

-No, y me urge que llegue, necesito pedirle un favor.-

-Aretha… ya te he dicho que no molestes a tu hermano, él trabaja muy duro por nosotros y lo que menos necesita es que le des problemas.-

-¡Pero solo quiero pedirle que me acompañe!- Insistió Aretha, con un puchero de suplica.

-¿Pero a dónde quieres ir, niña?-

- A ver a su novio.- Dijo otro de los niños más pequeños, muy divertido. La madre hizo un gesto de extrañeza.

-¡Los Jackson 5 están en Nueva York!- Exclamó la niña emocionada. -¡Es parte de su gira, acaban de llegar ayer en la mañana! Quiero ir a dónde al Plaza, ahí se están quedando, quiero ver si puedo ver a Jermaine y quizá pedirles un autógrafo.-

La madre rió ante la efusividad de su hija.

-¡Ah!, ya veo que querían decir con tu novio. Bueno, pregúntale a tu hermano si puede acompañarte, pero si no puede no insistas, ¿de acuerdo?-

Aretha palmoteó contenta ante el permiso otorgado por su madre. Feliz, sacó de uno de los estantes un LP que Jimmy reconoció como aquel que le obsequió en su cumpleaños,
El tan famoso “Third album” que le había conseguido a su hermana con sacrificios y que por suerte aun no se había rayado de tanto que lo tocaba la niña.

Jim se dio la vuelta, consternado; dio unos pasos y salió del lugar, atravesando de nuevo la puerta.

Ellos no sabían aun lo que le había ocurrido, incluso lo esperaban… por Dios… y lo peor es que ni siquiera podía decirles que estaba muerto, nadie había notado su presencia.

¿Qué habría pasado con su cuerpo? ¿Lo habrían levantado los policías? Quería averiguarlo, pero… ¡¿Cómo carajos hacerlo, maldita sea?! ¡¿Cómo carajos actuar si se hallaba muerto?! No es muy común que un fantasma llegue a la delegación de policía preguntando por su propio cadáver y peor aun, ninguno de ellos podría verlo, eso era seguro.

Desesperado ante esta situación, lloró, lloró como nunca lo había hecho en su vida. Trató de recordar las pocas cosas espirituales que había aprendido, y miró a su alrededor, pensando que quizá algún mensajero o guía del más allá aparecería para indicarle lo que debía hacer, que camino debía tomar o a donde acabaría su alma, el cielo o el infierno.

Pero nada, solo la nada, la gente pasaba frente a él sin notarlo, siguiendo con sus vidas, absortos en sus propias existencias como para notar que él ya no estaba ahí.
Se sentó frente a la casa, y la angustia volvió a embargarlo; sintió que todo a su alrededor se tornaba en penumbras.

Eso, hasta que de pronto una débil, pero brillante luz se dejó ver frente a él.
Levantó la mirada en su búsqueda, pero se había perdido, más no fue por mucho tiempo, pues otra vez volvía a titilar ante sus ojos.

Se puso de pie, buscando el origen de aquella luz parpadeante, buscando si el mensajero que esperaba había llegado.

Nada.

Antes de volver a abstraerse en su pena, percibió un sonido, un sonido que tras vibrar unos instantes, provocaba aquella breve luz pacificadora. Cuando reconoció el sonido que provocó aquella luz, casi se cae de espaldas.

Era una canción de los “nenes de chicle” no, de hecho, no era en sí la canción, sino la voz, la voz “chillona” de la que tanto se había quejado antes, cada que el timbre de ese niño se dejaba oír desde el tocadiscos en el interior de su hogar, la luz parpadeaba, débil pero brillante frente a él. La voz del niño se le revelaba por primera vez, tan clara y fina.

Era una locura, pero, quizá esa era la solución. Si la voz de ese niño era capaz de provocar esa reacción tal vez era una señal, quizá él era más de lo que aparentaba…

No era seguro, pero hasta ahora era lo único que tenía. Recordó lo dicho por Aretha y se encaminó al centro de la ciudad, rumbo al plaza, con la esperanza de encontrar la ayuda que necesitaba.

Child of the light cap 1

Este fic está ubicado en la época de los Jackson 5 (allá por 1970 y algo XD)
Género: fantasía, ficción.
Sinopsis: Michael Jackson, un pequeño niño que posee una sensibilidad infinita,comienza a experimentar sucesos paranormales que van más allá de su comprensión.

Esta es la crónica de la experiencia de un niño de la luz.

Child of the light

Capitulo I

James Thompson era un joven, nacido y criado en los barrios bajos de la ciudad de Nueva York.
Siendo el mayor de seis hermanos, tuvo que adoptar el rol de padre ya que el suyo había aparecido muerto a mitad de la calle, tras una pelea de borrachos que se había salido de control. Su madre, hacía lo humanamente posible para llevar el pan a la mesa, pero los pobres esfuerzos de la mujer, pese a todo, eran insuficientes cuando a cubrir las necesidades de sus seis hijos se trataba; James no tuvo otra opción que dejar la escuela y comenzar a buscar trabajo.

Pero James tenía dieciséis años en ese entonces y muy pocas oportunidades se presentaban para los jóvenes de esa edad; si acaso llegaba a encontrar alguna oferta de empleo, esta era de horarios extremos y mala paga. Pronto, la escasez y la desesperación llevaron a James a aceptar los ofrecimientos hechos por parte de algunos de sus amigos que operaban como carteristas y que, a la larga le llevaron a formar parte de una pandilla de saqueadores de tiendas y bodegas.

El ascenso (o descenso) en el mundo criminal no se hizo esperar; pronto, el líder de la pandilla se asoció con las organizaciones criminales de grandes ligas, dándole al grupo trabajitos pequeños en sus grandes negocios, como golpeadores, mensajeros o centinelas; trabajos que iban desde vigilancias en los muelles, para dar el “pitazo” cuando se acercaban los “azules” a la zona durante un atraco, hasta cargar cajas con contrabando y transportarla a los puntos de almacenaje que poseían en la ciudad.

James, o “pequeño Jimmy”, como le apodaban en el grupo, pasó cuatro años trabajando fielmente para sus nuevos jefes; razón por la cual en esa noche, le habían encomendado algo que para ellos era de total importancia. Debía cuidar un embarque de mercancía en un viejo almacén; dicho embarque consistía en decenas de enormes cajas de madera, ¿qué había dentro de ellas? No lo sabía y no le importaba, solo sabía que ganaría quinientos grandes que significarían un mes de desahogo para su madre.

Solo debía pasar una aburrida noche en ese lúgubre lugar y el dinero sería suyo. No podía quejarse del todo, pues John, su amigo, le había dejado un emparedado, una revista, una linterna y una radio vieja que, si bien no era de lo más nuevo, si podía ayudarle a pasar más entretenido el rato.

Jimmy leía la revista mientras mordisqueaba el emparedado. Cansado de aquel pesado silencio, encendió la radio y comenzó a pasar estaciones. Buscaba el noticiero, quería saber quien había ganado la carrera en la que había apostado, pero la recepción del lugar era muy pobre, por lo cuál le costaba trabajo sintonizar. Pasó por un sin fin de ruidos, vagos sonidos que parecían ser música, hasta que pronto dio con una estación que lograba oírse bien.

Sonaba una cancioncilla por entonces en boga; el nuevo sencillo de un grupillo de “nenes sin cerebro”, cómo él solía decirles; la voz “chillona” del vocalista, proclamaba una y otra vez “I’ll be there”, ¿Cómo es qué podía gustarle eso a su hermana? Se preguntaba, pues la pequeña se volvía loca cada que esos “niños de chicle” aparecían en la T.V. se sabía las canciones al dedillo y no paraba de decir lo guapo que eran uno o dos de ellos, aunque no recordaba cual.

Jimmy tomó la radio dispuesto a reiniciar su búsqueda, cuando de pronto escuchó un sonido. Alarmado, dejó el aparato sobre una de las cajas, tomó la linterna y se aventuró a investigar de qué se trataba. Quizá no era nada de qué preocuparse, pensó, aunque siempre existía la posibilidad de que fuera la policía, en cuyo caso, tendría que salir como un rayo a buscar a Sam. El sujeto que le encargó la vigilancia. Jimmy dio unos pasos y sonrió al reconocer el rostro del recién llegado.

Abrió la boca para saludar, pero no alcanzó a decir nada, pues un destello, semejante a un relámpago, brilló delante de él, tras eso, la sensación de un terrible dolor, una punzante quemadura que le golpeaba de lleno en la frente y luego le atravesaba la cabeza, haciéndole caer pesadamente de espaldas al piso. Ya no tenía consciencia, ya no sabía nada, sólo alcanzó a escuchar unos rápidos pasos sobre el piso del almacén y la voz de aquel chiquillo que, con un gran sentimiento decía “I’ll be there”.