Child of the light

Child of the light
Jackson 5

lunes, 21 de junio de 2010

Child of the light cap 9

Capitulo 9.

Michael, que ya tenía el auricular del teléfono en la mano, volvió a colocarlo en su lugar a toda velocidad al ver a Joseph parado a mitad de la habitación. El hombre miraba fijamente a sus dos hijos, en su rostro se podía ver el enojo contenido, pues no podía explayarse en sus regaños como solía hacerlo, ya que Suzanne estaba ahí.

-Aléjense los dos de ese teléfono.- Les dijo con tono severo.- No quiero verlos tocando ese aparato, ¿de acuerdo? ¡Y dejen la guía telefónica en su lugar!- Marlon la devolvió de inmediato para luego alejarse de ahí junto con Michael.

Joseph iba a continuar con su regañina, pero Suzanne intervino.

-Vamos, Joseph, no es momento para reñirlos, lo han hecho muy bien esta noche.- Dijo la chica, acercándose al patriarca del clan Jackson.- mejor acompáñame, debo reportarme con Berry, me había dicho que le llamara después del concierto de esta noche.- Suzanne salió de la habitación seguida de Joseph, ya que este prefería estar presente cuando estos dos tenían sus conferencias telefónicas, no le agradaba pensar que estos debatían el destino de sus hijos sin que él estuviera ahí para enterarse de todo. El hombre lanzó una significativa mirada de advertencia a los niños y abandonó el lugar.

Tan pronto Joseph cerró la puerta, Michael tomó la guía de nuevo y volvió a buscar. Marlon le miraba sin saber qué hacer, al final, optó por correr a la puerta y servir de vigía.

-Michael, ¿no lo oíste? Deja la guía.- Le recordó Jermaine.

-En un minuto.- Respondió distraídamente el niño, pasando con rapidez las hojas del libro hasta que, sonriendo con alegría, se detuvo en una página, tomó el teléfono y empezó a marcar. Jermaine rodó los ojos, suspirando, se daba por vencido con su pequeño hermano.

Jimmy se acercó aún más a Michael. Tenía sus dudas sobre si este plan funcionaría, pero era lo único que tenían por ahora. Después de una breve espera, una voz masculina respondió del otro lado del auricular.

-Departamento de policía de Nueva York, habla el oficial Jenkins ¿En qué puedo ayudarle?-

-Ah… bueno… yo… quiero reportar a un desaparecido, su nombre es James Thompson y la última vez que supe de él estaba en un viejo almacén en la 29 y Hudson.-

De pronto la llamada se cortó, cuando Michael se dio cuenta, Jackie se hallaba junto al teléfono, era él quien había terminado la llamada, colgando con la mano.

-Pero ¿por qué hiciste eso?- Exclamó Michael, confundido.

-Michael, sabes que no me opongo a las bromas telefónicas, pero esto se pasa del límite.-

-Esto no es una broma, solo quiero ayudar a Jimmy.-

-¡Michael! ¡Para ya con eso!-Alegó Jermaine, molesto desde un sillón.

-Mira, Michael, no tengo nada en contra de tus amigos imaginarios, pero no puedes llegar a estos extremos, no puedes dejar qué…-

-¡Jimmy no es imaginario!-

-¿Entonces Aisha qué era?- Soltó Tito, tratando de apoyar a Jackie a hacer entrar en razón a su hermanito, pero lo único que consiguió fue que el niño estallara en cólera, quitando a Jackie de su camino con un empujón, se dirigió a la puerta y salió de la habitación hecho una furia, seguido por Jimmy.

-¡Michael!- Gritó Marlon, saliendo tras él.

-¡Michael! ¡Michael!- Gritaba Jackie, yendo detrás de ambos niños, pero se detuvo al ver a Marlon volver.

-¿Dónde está?-

-En el armario de su habitación, ¿dónde más? Recuerda que suele encerrarse cuando se enoja.- Respondió el chico.- ¿Por qué le dijiste eso?- Le espetó en tono reprobatorio a Tito, que llegaba detrás de Jackie, seguido por Jermaine.

-Tú tampoco deberías llevar el juego tan lejos.- Replicó Tito.

-¡No es ningún juego! ¡Yo creo que los fantasmas existen!-

-¡Oh, no! Si vuelves a repetir la famosa historia de la puerta en casa de la abuela…- Murmuró Jermaine.

Tito iba a responder a su hermano menor, así como Marlon iba a reprocharle a Jermaine, pero Jackie los detuvo, y suspirando dijo.

-Ya basta, no empiecen también, no necesitamos más discusiones.- Miró hacia la puerta de la habitación donde se hallaba Michael.- Démosle uno momento a solas para que se le pase, necesita aclarar su cabeza.- Tomó a Marlon del hombro y haciendo un gesto a los otros, los llevo de vuelta a la habitación donde estaban. Marlon estaba preocupado por Michael y también esperaba que Jimmy no se hubiera molestado por todo aquello y se hubiese marchado.

Jimmy se encontraba afuera del armario, no sabía qué hacer ni entendía lo que pasaba. Se hallaba molesto con los chicos, incluyendo a Michael. Ese niño no podía ayudarlo y solo estaba perdiendo su tiempo con él, ya que no solo no había conseguido nada, sino que ahora se había encerrado en aquel lugar, seguro solía hacer eso para llamar la atención de los que le rodeaban, tal vez era un táctica que tenía para que lo mimaran y consintieran y así manipularlos como se presumía que solían hacer los chiquillos mimados del espectáculo.

Y ahora su berrinche se lo llevaba a él entre las patas. Quizá si hubiera seguido intentando por su cuenta, habría resuelto su problema desde hacía mucho sin necesidad de intermediarios.

Tal vez no era tarde para intentarlo, quizá debía olvidarse de aquel niño de chicle y su berrinche, seguro solía hacer ese numerito de encerrarse en ese lugar, en espera de que vinieran a rogarle por que saliera, bueno, pues él no caería en eso, él no lo haría, dejaría a aquel niño caprichoso y seguiría su camino, como siempre había hecho.

Estaba a punto de desaparecer, cuando algo lo hizo detenerse.

Un sollozo, un sollozo triste y algo ahogado que provenía del interior del armario. Jimmy hizo un gesto de indiferencia y se dispuso a reemprender la marcha. Pensando que eso era parte de la estrategia de Michael.

Pero no pudo, nuevamente, otro sollozo se dejó oír detrás de aquella puerta; debía reconocerlo, el muchacho era buen actor, ya que ese llanto sonaba tan sincero, tan profundamente triste, que estaba a punto de creérselo. El llanto siguió, aun tan lastimero, que el insensible chico de las calles, sin pensarlo más, atravesó la puerta que ocultaba a aquel pequeño, riñéndose a sí mismo por haber caído en aquella manipulación barata de un niño consentido.

Lo encontró ahí, sentado en un rincón, con el rostro oculto entre sus rodillas, se veía tan pequeño, tan indefenso…

Jimmy se sentó frente a él. Le chocaba la idea de haber caído en aquel truco, de dejarse llevar por un llanto que seguramente o era falso o provenía de razones puramente egoístas.

-¿Estás bien?- Murmuró.

Michael levantó el rostro, sus grandes ojos avellana se hallaban anegados en lágrimas que surcaban su pequeño y entristecido rostro.

-L… lo siento muchísimo, Jim… pensé que lograría ayudarte esta vez…- Logró decir entre sollozos. Jimmy se sintió culpable y apenado.

Pensó que Michael se despotricaría en contra de sus hermanos, que se quejaría del hecho de que osaran no creerle y tratarle como a un chiquillo cualquiera y que quizá empezaría a proferir una serie de amenazas altaneras en contra de ellos, que revelaría algún plan estúpido para hacer que gozaran de menos privilegios por hacerle enojar.

Y sin embargo, el niño no lloraba por manipular a nadie, ni lloraba por él mismo, él creía que aquel niño se ocultaba para llamar la atención, para manipular a sus mayores, buscando que le consintieran sus caprichos, y resulta que en realidad se sentía triste por él, por su problema y por haber fallado en su intento de ayudarle.

Y él que pensaba marcharse.

-¡Nah! Olvídalo, está bien.- Dijo, con una sonrisa, intentando animarlo- Debo admitir que la idea era buena.-

-Sí, a Marlon se le ocurren buenas ideas.- Respondió el niño, con una leve sonrisa.-Perdóname, por mi culpa todavía sigues en este lío.-

-Bueno, aun podemos intentarlo… claro, si tú quieres…-

-¡Claro que quiero! No pienso abandonarte en esta situación.- Michael se secó las lágrimas de un manotazo.- Sé qué si lo intentamos de nuevo, hallaremos la forma de ayudarte.-

La convicción en la voz del niño provocó una sincera sonrisa en el rostro de Jimmy.

-Lo sé, es solo cuestión de tiempo.-

Michael sonrió ante aquella respuesta.

Minutos después, el niño salió del armario y se encaminó a la habitación, acompañado del fantasma. Entró en el recinto, provocando que los ojos de sus hermanos se posaran en él.

Tito y Jackie se acercaron a él, dispuestos a hablarle, pero no hubo oportunidad. Suzanne y Joseph entraron en ese momento en el lugar, la chica esbozaba una enorme sonrisa.

-Bien niños, pueden empezar a celebrar, ¡volvemos a casa!-

-¡¿A casa?!-

Exclamaron todos con alegría.

jueves, 17 de junio de 2010

Child of the light cap 8

Michael miraba a Marlon con admiración.

-¡Marlon! ¿Tú sí me crees?-

Marlon sacó el montón de revistas que había estado leyendo en esos últimos días, hojeó una de ellas y al encontrar una página en particular, se la enseñó a su hermano.

-¡Mira! Aquí dice que un sujeto logró grabar en cinta magnética la voz de un fantasma, un tal Ray Class o algo así, grabó a un espíritu del más allá diciendo “eres un hombre bueno” y además, ¿recuerdas la casa de la abuela, cuando fuimos aquel fin de año? ¿La puerta que se cerraba sola?- Michael asintió, aunque la verdad, nunca le tocó ver la dichosa puerta.- Eso quiere decir que los fantasmas existen, ¿por qué no habría de estar uno siguiéndote ahora?-

-¡Gracias!- Michael se abalanzó para abrazar a su hermano, totalmente agradecido.-Ahora, dime, ¿Qué dice?- Inquirió Marlon con curiosidad.

-Su nombre es James Thompson, vive… digo, vivía en Harlem, Nueva York. Lo mataron y su familia no sabe nada.-

-Según la vidente Marina LaRae.- Decía Marlon, buscando en otra de las revistas.- Los fantasmas que hablan con la gente necesitan ayuda para pasar al otro mundo, se acercan a las personas que pueden verlos y oírlos para pedirles que hagan cosas por ellos.-

-Él quiere que le avise a su familia.-

Marlon se mordió el labio.-Eso está difícil.-

-Es lo mismo que le dije.-

-La forma más fácil sería si supieran que pasó con mi cuerpo.- Intervino Jimmy. Michael le miró con sorpresa.

-¡Eso es aun más difícil!-

Marlon miró a Michael con ansiedad.

-¡¿Te dijo algo más?! ¡¿Está aquí ahora?!-

-Sí, y quiere que averigüemos dónde está su cuerpo.-

-¡Viejo! Eso está más difícil.- Dijo Marlon hacia el sillón dónde se hallaba Jimmy, ya que ahí era a donde Michael se dirigía cuando hablaba con el fantasma.

Jackie miró a sus dos hermanitos y rió por lo bajo, enternecido; en cierto modo le daba gusto que los niños tuvieran un “juego” (por muy raro que este fuera) para distraerse durante las largas jornadas de trabajo.

-Niños, el desayuno llegó. Dejen a su amigo fantasma y vengan a comer.- Ordenó Jackie. Marlon y Michael le miraron.

-Ahora vamos.- Murmuró Marlon. Michael echó una ojeada a Jimmy, el fantasma le hizo un ademán con la mano.

-Ve, hablaremos después.-

Los cinco chicos comenzaron a desayunar. Marlon y Michael se hallaban muy calladitos y pensativos, cosa que extrañó a Suzanne, quien después de terminar algunos pendientes, había llegado para desayunar con ellos.

-¿Qué les pasa?- Le preguntó por lo bajo a Jackie. El aludido, al verlos, sonrió.

-Tienen un nuevo juego.-

-¿Un juego nuevo?- Inquirió Suzanne, extrañada.- ¿De qué se trata?-

-Un amigo imaginario.- Replicó Jackie.

-Pero no es cualquier amigo imaginario.- Intervino Tito- Es un fantasma.-

-¿Un fantasma?, ¡Vaya jueguito!-

-Bueno, de hecho no es la primera vez que tienen un juego como ese.- Dijo Jackie, haciendo memoria.- Michael ya había tenido un amigo imaginario antes, ¿Recuerdas, Tito?-

Tito pensó por unos segundos, cuando después dijo.

-¡Ah, sí! ¡Aquella amiguita!- Suzanne miró a Tito y luego a Jackie, con curiosidad.

-Era una niña de su misma edad, en ese entonces Michael tenía cuatro años, decía que se llamaba Aisha y que jugaba con él casi todos los días.-

-Sí, pero era una amiga muy accidentada, siempre venía golpeada.-

-¿En verdad? ¡Qué increíble!- Repuso Suzanne.- Creí que estando rodeado de hermanos lo que menos tendría Michael sería amigos imaginarios.-

-Bueno, él era el más chico de la familia, está bien que Randy ya había nacido, pero apenas tenía un año y en cierto modo, creo que se sentía solo por que los demás teníamos otro tipo de juegos más rudos y otros intereses.-

-Bueno, pero ¿acaso no te parece rudo imaginar a una amiguita golpeada?- Dijo Suzanne, pero luego guardó silencio, la mirada de Jackie era muy elocuente. Era cierto,¿Qué tipo de amiga podría imaginar un niño como Michael con un padre como el que tenía?- ¿Y qué pasó con Aisha?-

-Con el tiempo dejó de venir. Michael dijo que se había asustado por culpa de Joseph.-

-Sí, lo recuerdo.- Dijo Tito.- ¡Vaya día ese que se fue Aisha! Michael le reclamó a Joseph, le gritó que por su culpa se había ido su amiga, que por sus gritos la había asustado.-

-Sí… y Joseph se enojó mucho… ese día lo…- Jackie no siguió, prefirió meterse un bocado de tocineta en la boca, pero nuevamente su silencio había sido más elocuente que el más versado de los discursos.

-Bueno, creo que el tener a este amigo le hará bien,- Dijo la joven tratando de sonreír despreocupada.- Bien, después del desayuno quiero que se preparen, por que volamos directo a Chicago, no lo olviden.-

-Sí, Suzanne.-

Tras desayunar, los chicos y su comitiva salieron del hotel con rumbo al aeropuerto, rápida y calladamente, sin oportunidad de hablar a solas, Marlon y Michael siguieron a todos sin poder continuar con su conferencia sobre el asunto de Jimmy.

En solo unas horas llegaron a Chicago, siendo recibidos por otra horda de fans emocionados. Como el concierto era ese mismo día, se siguió el itinerario de Detroit, es decir, llegaron al hotel, ensayaron unas horas y se dirigieron al lugar del concierto, el cual fue tan frenético como el de las ciudades anteriores.

Tras otra noche de duro trabajo, los chicos llegaron al hotel, exhaustos. Suzanne los reunió en una habitación para que cenaran algo antes de ir a la cama.

-¡Hey, Michael!- Marlon se acercó a su hermano.- Creo que ya sé qué podemos hacer.-

Michael le escuchaba con interés, a lo igual que Jimmy.

-¿En verdad?- Preguntaron ambos a la vez.- ¿Qué?-

-Llamemos a la policía de Nueva York y digámosles lo que le pasó a Jimmy.- Los ojos de Michael brillaban de alegría.

-¡Esa es una buena idea!- corrió hacia el teléfono que se hallaba en la habitación, seguido de Marlon. Jimmy se acercó también.- Jimmy, ¿recuerdas dónde estabas cuando pasó… eso?- El fantasma hizo memoria.

-Un viejo almacén entre la 29 y Hudson. Pero mi cuerpo ya no ha de estar ahí.-

-¿Qué dice?- Inquirió Marlon.-Cree que su cuerpo ya no está en dónde murió. Pero vale la pena intentar, si ya no está quizá es por que la policía ya te encontró y tu familia ya lo sabe.- Dijo Michael al joven, para tomar luego el aparato.- Hey, Marlon, ¿sabes cuál es el número de la policía de Nueva York?-Marlon se quedó helado, no había contado con ese pequeño detalle. Después el rostro se le iluminó.

-¡La guía telefónica!- Ambos niños se abalanzaron sobre el libro, buscando con vehemencia.

-¿Qué hacen? ¿Otra broma telefónica?- Preguntó Jermaine al verlos.

-¡Ayudamos a Jimmy!- Contestaron los dos al mismo tiempo, sin dejar de buscar.

-¡¿De qué diablos hablan?! ¡¿Qué hacen con la guía telefónica?!- gruñó Joseph entrando a la habitación. Michael y Marlon se quedaron quietos y sin saber qué hacer.-¿Y quién diablos es Jimmy?-

Child of the light cap 7

Pero… ¿Cómo lo hago? Se preguntaba Michael, mientras yacía en la cama, tratando de conciliar el sueño. Jermaine aun no comenzaba a roncar, señal de que aún no caía profundamente dormido.

-‘Maine… ¡Jermaine!- Llamó Michael en un susurro a su hermano. El aludido se espabiló un poco, pues el cansancio ya comenzaba a hacer presa de él.

-¿Eh… qué… qué pasa?--Necesito preguntarte algo.-

-Michael… ya es tarde, ¿no puedes esperar hasta mañana?-

Michael miró a Jimmy sentado en un sillón cercano.

-No, es urgente.-

Jermaine encendió la lámpara de la mesita de noche y, estirándose perezosamente, se sentó.

-¿Qué pasa?-

Michael se sentó también y mirando a su hermano, pasó unos segundos poniendo en orden sus ideas, después dijo.

-Necesito un consejo, un amigo mío tiene un gran problema.-

Jermaine miró con extrañeza a su hermanito, las dudas asaltaron su mente, ¿Quién podría ser ese amigo? Y ¿Cómo es que lo conoció, con el ritmo tan frenético de trabajo que tenían? ¿O acaso era uno de esos clásicos eufemismos que los chicos solían usar y en verdad el “amigo” con problemas era el propio Michael? Jermaine se acomodó en la orilla de la cama, confrontando a su hermano, en espera de escuchar el resto, con interés.

-¿Quién es? ¿Qué clase de problema es?-

-¿Recuerdas al hombre que les dije que nos seguía?- Jermaine asintió.- se llama James y es un fantasma.-

Jermaine le miró fijamente para luego abrir los ojos con sorpresa. Por un momento se sintió aliviado, no había tal amigo en problemas, Michael no era el amigo en problemas, simplemente se trataba de una más de las bromas que a su hermano le gustaba gastarle y estuvo a punto de reírse, pero lo que le hizo no soltar la carcajada fue el recordar que habían pasado un día de trabajo duro, era tardísimo, él se moría de sueño y su hermanito le despertaba para jugarle una broma.

-¡Oh, Michael, ya duérmete!- Protestó el joven, volviendo a acostarse y cubriéndose con la manta. Michael saltó de su cama y, arrodillado junto a su hermano, insistió.

-¡Oh, ‘Maine, es en serio! ¡James necesita ayuda!-

-Me puedes llamar Jimmy.- Replicó el fantasma, pues no le agradaba que le llamaran por su nombre de pila.

-¡Jimmy necesita ayuda!- Se corrigió Michael.-Es muy tarde, Michael, duérmete ya, mañana tenemos que madrugar.-

-¡Pero…!- -Duérmete.- Insistió Jermaine, dándole un almohadazo en la cabeza. En ese momento, la puerta que comunicaba la habitación de los chicos a la contigua, se abrió. Esta habitación solía ser ocupada por Joe, pues al ser los dos vocalistas los más traviesos y problemáticos, había optado por ese método para mantenerlos vigilados y bajo control.

-¿Qué está pasando?- preguntó el hombre, con voz severa desde la puerta. Michael volvió rápidamente a su cama.

-Nada.- Respondieron al unísono en un murmullo.

-Duérmanse.- Sentenció Joe, secamente, volviendo a cerrar la puerta. Jimmy miró la escena no sin cierto impacto; había algo en el “hombre buldog” que lograba intimidarlo.

Michael siguió pensando por un rato, debía encontrar la forma de ayudar a Jimmy a como diera lugar, aunque pronto el sueño hizo de las suyas y el pobre pequeño cayó rendido sobre la almohada.

En cuanto los rayos del sol brillaron sobre los edificios de Detroit, los cinco chicos se levantaron para comenzar su rutina.Suzanne los reunió en un mismo cuarto, como siempre, para que tomaran el desayuno.

Jackie ordenó la comida para todos, ya que como era costumbre, sus hermanos estaban hechos un lío y no atinaban a ponerse en orden.Michael llegó junto con Jermaine. Ambos tenían visibles signos de desvelo en el rostro.

-¿Y ahora? ¿A ustedes qué les pasó?- Preguntó Tito, extrañado.

-Michael…- Dijo Jermaine, derrumbándose en un sillón.

-¿Ahora qué te hizo?-

-Sólo quería hacerle una pregunta.- Replicó Michael, cabizbajo, dejándose caer en otro sillón cercano. Jackie, al notarlo tan triste, se acercó a él.

-¿Sobre qué? ¿Te pasa algo malo?-Al escuchar el tono de interés en la voz de su hermano, el pequeño le miró con un brillo de esperanza en los ojos

Tengo un amigo con un problema.- Jermaine rodó los ojos, como diciendo “ahí va la broma otra vez”.- El hombre que nos ha estado siguiendo, se llama Jimmy y es un fantasma.-

Jackie y Tito, tras un breve silencio, se echaron a reír con ganas.

-¡Esa está buena!- Exclamó Tito, aun riendo.- ¿Un fantasma? ¡Vaya imaginación!-

-Por Dios, Michael, por un momento lograste asustarme; creí que en verdad tenías un problema.- Dijo Jackie, tratando de parar de reír.

-Eso mismo me pasó a mí.- Añadió Jermaine.

-Olvida eso por ahora. Pronto llegará el desayuno y será mejor que aprovechemos el tiempo que tenemos antes de que llegue Joseph.- sugirió Jackie.Michael se apesadumbró, ¿Por qué no le creían?

-Vaya fama de bromista que tienes.- Le dijo Jimmy, sentándose cerca de él.- ¿Qué esperabas ganar con decirle a ellos?-

-Que me ayudaran… quizá con alguna idea, no se me ocurre como empezar a ayudarte y quizá a ellos se les ocurriría una forma…- Jackie, Tito y Jermaine le miraban hablando solo y soltaban alguna risita, pues creían que el pequeño seguía empeñado en hacerles una broma nueva y no pretendían caer en ella esta vez.

-Pues creo que estamos solos en esto.- Dijo Jimmy, lanzando un suspiro.

-¿Y… qué es lo qué quiere el fantasma, Michael?- Michael se giró al oír la pregunta y se encontró con el rostro de Marlon, el cual expresaba un gran interés por lo que su hermanito tuviera que contar.