Child of the light

Child of the light
Jackson 5

viernes, 19 de noviembre de 2010

Capitulo 20


Antes que nada, les recuerdo que la novela "Si lo puedes soñar, lo puedes lograr" sigue en votación por el MJ fanfic award. Quedan pocos días para votar, así que ¡apoyemosla!

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Ahora sí...


Capitulo 20

 

Capitulo 20

 

El personal del estudio seguía impresionado por aquél estruendo.

 

Jackie, qué aún temía que sus hermanitos fueran los responsables de aquél escándalo, salió a la puerta del camerino para guardar las apariencias. Después de todo, sería muy sospechoso que algo que provocara la curiosidad de los demás actores, no despertara la más mínima emoción en unos jovencitos fácilmente impresionables.

 

Comprendiendo la estrategia, que su hermano mayor había adoptado para despistar, Tito, Jermaine y hasta los propios Michael y Marlon, salieron del camerino para averiguar qué sucedía.

 

Suzanne llegaba con ellos, observando también el barullo que se había armado.

 

-¿Qué ocurrió, Suzanne?- Le preguntó Jackie, cuando la chica llegó hasta ellos.

 

-No lo sé, uno de los teléfonos públicos está casi destrozado, parece que alguien lo hubiera estrellado con fuerza.-

 

Tito y Jermaine miraron de reojo a sus pequeños hermanos. Michael y Marlon casi se encogían detrás de ellos, como ocultándose.

 

-¿Cómo pasó eso?- Preguntó ahora Tito, siguiendo la farsa. Suzanne se encogió de hombros.

 

-Nadie lo sabe, no se ve quemado así que no explotó nada… qué se yo, Leslie, la asistente del Señor Nabors dice que ese tipo de cosas son comunes aquí, alegan que el lugar está embrujado y que a veces pasan cosas peores que esta.- La respuesta de Suzanne provocó distintas reacciones entre los chicos.-Bien, olvídense de eso por ahora, deben ir al estudio conmigo, el Sr. Nabors los espera.-

 

Y dicho esto los llevó con ella. Marlon y Michael se sentían medianamente más aliviados, pero Jackie, Tito y Jermaine les habían lanzado una muy significativa mirada que claramente quería decir que esperaban explicaciones en cuanto estuvieran solos.

 

-¡Así que ustedes son “Los Jackson 5”!- Exclamó alegremente Jim Nabors al verlos aparecer detrás de Suzanne en el set.- Es un gusto conocerlos, niños, me alegra el poder trabajar con ustedes.-

 

-Es un honor, Señor.- Dijo Jackie, estrechando la mano que Nabors le ofrecía. Los demás hermanos siguieron el ejemplo, haciendo gala de sus buenos modales, uno a uno saludaron al veterano actor y cantante.

 

-Así que tú eres Michael.- Nabors bajó hasta el nivel del niño, sonriendo.- Eres más pequeño de lo que imaginé.- Michael sonrió con timidez.- Bien, ¿Están listos para comenzar con el ensayo?-

 

-Sí señor.- Respondieron los cinco a la vez.

 

 

-Perfecto. Empecemos ahora.-

 

El resto de la tarde se fue en los ensayos de los números musicales y los sketches en los que actuarían con Jim Nabors. Los niños eran ya todos unos profesionales, por lo que no hubo complicación alguna durante todo el ensayo. Nabors se hallaba muy feliz y complacido por la buena disposición de los muchachos. Cuando fue el momento de retirarse, los felicitó a uno por uno por su trabajo, alabando su  talento, especialmente al pequeño Michael a quien dio un gran apretón de manos y le dedicó una enorme sonrisa.

 

Eran más de las ocho cuando salieron en la vagoneta con rumbo a los estudios de Motown. Los chicos debían seguir con los ensayos de las canciones, mientras Michael se quedaría en el estudio para continuar trabajando en el álbum. Todo el camino se mantuvo, por parte de los chicos, en un absoluto silencio, roto solo por la conversación entre Suzanne y Joseph. La joven achacaba este mutismo por parte de los muchachos al cansancio.

 

Al llegar al edificio, les dejaron en uno de los salones mientras iba a avisar a Berry sobre como estuvo el día. Joseph siguió a Suzanne como era su costumbre, pues como siempre, detestaba que esos dos se reunieran a hablar de sus hijos sin que él estuviera presente.

 

Nuevamente quedaban fuera de la vigilancia de Joseph, lo cual Marlon no había contemplado o considerado antes de echar a andar su temerario plan de llamar a Nueva York desde los estudios de televisión. Pero ahora era simplemente impensable el intentar repetir la proeza, pues ahora eran sus hermanos mayores los que los tenían bien vigiladitos y no permitirían que se alejaran de ellos para nada.

 

Michael se sentó en uno de los sillones, se recargó en el respaldo y echando la cabeza hacia atrás, se cubrió el rostro con las manos. Parecía agotado y agobiado.

 

-¿Estás bien?- Le preguntó Marlon, preocupado. Salvo en los ensayos del show y lo poco que hablara con Jim Nabors, su hermano menor no había dicho ni una sola palabra después del incidente del teléfono.

 

Michael se quitó las manos de la cara y miró a su hermano.

 

-No… sí, digo… no lo sé…- Michael lanzó un breve suspiro.- No te ofendas, Jimmy.- Dijo, mirando hacia su costado.- Pero pensé que serías el único fantasma que vería en mi vida.-

 

El chico fantasma esbozó una sonrisita irónica.

 

-¿Lo dices por el del estudio?-Inquirió Marlon.- Por cierto, ¿qué fue lo qué ocurrió ahí?-

 

-Sí, eso mismo quiero saber.- Interrumpió Jackie, acercándose a dónde estaban los dos pequeños, seguido por Tito y Jermaine.- ¿Qué fue lo que ocurrió con ese teléfono? Porqué ustedes lo vieron, ¿no es así?-

 

-Jackie…- Murmuró Michael, su rostro claramente expresaba que no quería discutir al respecto, pero si a expresiones íbamos, la de Jackie demostraba que quería una explicación rápida y convincente, y que no permitiría evasivas. Michael suspiró de nuevo, luego dijo cansinamente.- Fue un fantasma… parecía un conserje. Se molestó por algo que hicimos y trató de golpear a Marlon con su escoba, pero solo golpeó al teléfono y lo rompió…-

 

-¿Otro fantasma?- Soltó Jermaine, con una sonrisita de incredulidad. Tito ladeó la cabeza en un claro signo de exasperación, para luego mirar a su hermanito con sincera preocupación, ya que en su opinión esto se estaba pasando de la raya.

 

-Michael… no otra vez…-

 

-¿Ven? ¡Por eso no quería decirles nada!- Estalló el niño.

 

-Pero, ¿no le explicaste por qué habíamos hecho lo que hicimos?- Continúo Marlon, ignorando a sus hermanos pues le parecía más importante tratar el asunto del segundo fantasma y había estado tan concentrado en lograr la llamada, que no había prestado atención a la conversación sobrenatural que había tenido su hermano.- ¿no le dijiste lo que intentábamos hacer?-

 

-Se lo dije, pero no me creyó… dijo que éramos vándalos y que llamaría a la policía.- Marlon dio un respingo cuando escuchó esto.- Jimmy le dijo que ambos estaban… pues… muertos, fue ahí cuando se enojó.-

 

-¡¿Jimmy?!- Exclamó Tito.- ¡¿Otra vez eso?!- Michael lo miró comenzando a molestarse.

 

-Ya entiendo…- Murmuró Marlon, luego fue hacia dónde había dejado su mochila, hurgó dentro de ella y sacó una de sus tantas revistas. La hojeó y cuando dio con lo que buscaba, dijo.- Algunos fantasmas no saben aun que han muerto y siguen llevando a cabo las rutinas que hacían cuando estaban vivos.-

 

-¿Seguir de muerto haciendo lo que hacías de vivo?- Inquirió Jermaine, imaginándose a sí mismo de fantasma bailando “The Love you save”. Sacudió la cabeza como si lo recorriera un escalofrío.- ¡Qué locura!-

 

-Qué triste…- Dijo Michael en un susurro. Al pensar en ese hombre, atrapado en lo que él creía su habitual “día a día” sin avanzar, sin esperanzas, sólo. Las lágrimas se asomaron en sus ojos.

 

-¡Bien niños, ya basta, es suficiente de este jueguito!- Interrumpió Jackie. Se sentía preocupado y esto le hacía hablar más golpeado de lo que desearía hacerlo en verdad.-¡Michael, por favor, para ya con eso!-

 

-¡¡No estoy jugando!!- Estalló Michael. La presión había hecho lo suyo y la tristeza por aquél anciano y por la situación de Jimmy se juntó con aquellas increpaciones por parte de Jackie.- ¡¿Para qué me preguntas por esto si no me vas a creer?!-

 

-¡Es que…!- Soltó Jackie, frustrado. Se llevó momentáneamente las manos a la cabeza, miró hacia otro lado y volvió a encarar al pequeño.- ¡Se están metiendo en muchos problemas por ese juego, Michael!- Luego miró a Marlon.- ¡Y el que te aficiones a esas lecturas tampoco es correcto!- Le reprendió por las revistas. El chico volvió a meterlas en la mochila, más por prevención que por vergüenza, pues temía, por como veía a Jackie, que fuera a quitárselas y hasta ahora le estaban sirviendo como apoyo para ayudar a Michael.

 

-Jackie, ¿Cómo hago para explicártelo?- Intervino Marlon.- Yo lo he visto… bueno, no como lo ve Michael, pero he visto lo que Jimmy hace.- Jackie exhaló un suspiro de exasperación. Marlon siguió.- Incluso hay dos denuncias de desaparición a nombre de este chico, James Thompson, en la jefatura 20115 de Nueva York, y…-

 

-Un momento… ¿Llamaron a Nueva York?- Exclamó Tito, ahora más preocupado.

 

-¿A una jefatura de policía?- Soltó ahora Jermaine, quien temía que el llamar a la policía para hacer una broma les costara muy caro a sus pequeños hermanos.

 

-Sí, llamé yo.- Aclaró Marlon sin amilanarse ante las miradas casi histéricas de sus hermanos.- Y como dije, hay dos denuncias de la desaparición de Jimmy. Una hecha por su madre y otra por mí. ¡Jimmy es real!-

 

-Tan real como Aisha…- Murmuró Jermaine, más pretendiendo que lo oyera Tito, que estaba a su lado, que sus demás hermanos. Por desgracia, dado el sepulcral silencio que siguiera a lo dicho por Marlon, su comentario fue lo suficientemente audible y Michael dio un respingo, como siempre que el tema de Aisha salía a relucir.

 

-¡¿Y tú qué sabes?!- Estalló Marlon, furioso por la necedad de sus hermanos.- ¡Quizá Aisha también era real!-

 

Michael miró a Marlon. Los mayores también lo miraron.

 

-¡Oh, vamos, Marlon!-

 

-Sí, es probable que Aisha también sea real. Si Jimmy no es el único fantasma que Michael ha visto hasta ahora, ya que ha visto a ese viejo conserje, ¿Quién nos asegura que Aisha no haya sido el espíritu de alguna niña que murió en nuestra casa o en alguna casa vecina?-

 

Tito miró hacia arriba, como tratando de hallar un argumento viable que le ayudara a sacar de sus locas ideas a los chicos. Jermaine se rascaba la cabeza, dubitativo y Jackie se masajeaba las sienes tratando de poner sus ideas en orden para resolver el asunto sin más problemas, tratar de sacar a sus hermanitos de su ensoñación bizarra.

 

Para Michael, lo dicho por Marlon fue casi como una revelación. Era como si hubiera llevado en los ojos una venda que no le permitía ver la realidad. Él sabía que Aisha era real, él había hablado y jugado con ella, siempre consideró que en el mundo existía una niña llamada Aisha y qué era su amiga.

 

Pero solo hasta ahora entendía todo. ¿Por qué su madre no la veía cuando estaba él jugando con la niña? ¿Por qué sus hermanas lo trataban como un mentiroso cuando les decía que Aisha quería conocerlas y jugar con ellas a las muñecas? ¿Por qué sus hermanos decían que era una amiga imaginaria? ¿Por qué Joseph había gritado que no se portara como un loco, que la niña no existía?

 

Simplemente porque para ellos y para el mundo así era, ellos no podían verla, Aisha estaba muerta.

 

Y él solo hablaba con su espíritu, con un pequeño fantasma, con la última esencia de alguien que tenía la misma edad que él en ese momento.

 

Sintió que el aire le faltaba, las lágrimas en sus ojos salieron por fin y corrieron libres por sus mejillas. Aisha, su amiga, existía sí, pero seguía ahí atrapada y sola.

 

Se llevó las manos a la cabeza y comenzó a sollozar sonoramente. Jackie se acercó a él y lo abrazó. Los demás se acercaron también muy preocupados por la reacción del niño.

 

-Michael… ¿Qué te pasa?- Inquirió Jermaine.

 

-E… ella… ella, está sola… se quedó sola…- Sollozaba, angustiado.

 

-Lo siento, Mike.- Balbució Marlon. Lo que menos pretendía al exponer su teoría, era el hacer sentir mal a su hermano. Jamás pensó que podía pasar.

 

-Ya, Michael, tranquilízate, todo está bien.- Le decía Jackie con voz suave. Cualquier rastro de su anterior enojo se había borrado por completo.

 

Michael se abrazó a su hermano, llorando a todo lo que daba. Se sentía débil e impotente y a la vez se sentía maldito. ¿Por qué tenía aquél don extraordinario, si no tenía la fuerza suficiente para ayudar a los que lo necesitaban?

 

Jimmy posó su mano sobre el hombro del pequeño y Michael giró su rostro hacia él. Pudo ver una sonrisa en los labios del chico fantasma, una sonrisa conciliadora y confiada que pretendía decirle “yo confío en tí”.

 

Michael le devolvió una débil sonrisa. Sí, quizá se hallaba impotente, pero eso no quería decir que no haría todo lo posible por lograr su objetivo. Aunque le costara más de lo que hasta ahora le había costado.

miércoles, 17 de noviembre de 2010



¡Hola!

Aquí, buena de despistada, que creí que ya lo había puesto y resulta que no  ^ ^u


¡Los MJ- Fanfic Awards han arrancado y nuestra amada Elizabeth Smile está nominada de nuevo en varias categorías!

Quedan cinco días para votar, por favor, sé que muchas han leído la bella historia "Si lo puedes soñar, lo puedes lograr" así que, si gustan pueden pasar a dejar su voto por ella en este link:


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^^

martes, 16 de noviembre de 2010

Capitulo 19

Capítulo 19

Capitulo 19

-¿Una “premono… qué?- Preguntó Michael con extrañeza, la palabrita le sonaba totalmente desconocida y rara.

-Premonición, “moni” no “mono”, una premonición es una visión de algo que ocurrirá…-

-¡¿Quiere decir que me voy a ahogar?!- Exclamó el niño, aterrado, ¡Con lo que adoraba el agua!

-Bueno, no, en sí no creo que haya sido una premonición en forma, digo, no es algo que vaya a pasar, sino algo que ya pasó.-

Jimmy y Michael se miraron entre si, para luego volver a mirar a Marlon.

-Explícate, que no te entendemos nada.-

-Es simple, hermano, quizá lo que viste en tu sueño es el lugar donde se encuentra el cuerpo de Jimmy.-

Tanto el niño como el fantasma dieron un respingo. De un salto Michael se acercó a su hermano.

-¿Estás seguro?-

-Es lo más probable. Si Jimmy pudo ver lo que tú soñabas y sintió lo que tú sentías, quiere decir que él está ligado a ese sueño, quizá sea una señal de lo que le ocurrió o de donde se encuentra.-

-Entonces… ¿Jimmy está en un pozo?- Inquirió Michael con tristeza. Y es que el hecho de recordar lo terrible y lúgubre de aquel lugar, la horrible sensación que lo invadió durante esa “visión” le hacia sentir una gran pena por el pobre Jimmy.

-¿Era un pozo lo que viste?- Preguntó a su vez Marlon. Michael meditó un momento.

-Eso parecía… no estoy seguro, solo sé que había mucho agua sucia…-

-No hay pozos en Nueva York…- Siguió Marlon, continuando su paseíllo por el cuarto, mientras sacaba sus propias conclusiones. Dio una mordida al panecillo que tomara de la cena de su hermano y luego dijo.- Digo, Nueva York no es Gary, ahí no hay zonas rurales en las que se puedan encontrar viejos pozos, eso solo significa una cosa.- Marlon se inclinó repentinamente hacia Michael, como si fuera un policía en un interrogatorio, Michael dio un paso hacia atrás, mirando a su hermano con expectación.- El cuerpo de Jimmy se encuentra en el fondo del Río Hudson.-

-¡¿Qué?!- Soltaron el fantasma y Michael al unísono.

-¿Estás seguro?-

-Podría casi jurarlo.- Afirmó Marlon, cruzándose de brazos y dando otra mordida al panecillo, como si Sherlock diera una bocanada a su pipa. Los ojos de Michael brillaban de emoción, maravillado por la astucia de su hermano.

-¡Eres grandioso, Shaft!- Exclamo el niño, Marlon sonrió halagado.- ¡Debemos decírselo a la policía!-

-Supongo… es decir, ¡Es verdad!-Afirmó el muchacho.- Veré como hago mañana, pero me comunicaré con la policía neoyorquina, quizás este dato pueda ayudarles.-

-Sí.-

-Tendrá que ser antes de ir al estudio, ¡A mala hora ha venido a caer esta invitación para la televisión! Cuando Joseph no está en casa es mucho más fácil hacerse del teléfono. En fin, que ya veremos mañana. Ahora será mejor que me vaya antes de que se den cuenta que seguimos despiertos.-

-De acuerdo, buenas noches.-

Marlon se acercó a la puerta, se asomó hacia fuera y viendo libre el camino se dirigió a su cuarto corriendo. Michael se sentó a terminar su cena, meditabundo. Echó un vistazo a Jimmy, el joven fantasma se veía igual de ensimismado que él. Era un alivio tener una idea del posible paradero de su cuerpo, esperaba que esto le facilitara las cosas a ambos.

Muy temprano por la mañana, la actividad volvía a iniciarse en el hogar de encino. Pero ahora no solo Michael se alistaba para ir al estudio, pues sus hermanos debían ir con él y su padre también. Un cierto rumorcillo de emoción recorría al grupo de niños mientras iban y venían por la casa a las carreras. Joseph los apuraba a todos con sus acostumbrados gritos de impaciencia.

En breve se hallaban en el estudio. Suzanne al verlos llegar, se acercó a ellos con su acostumbrada gran sonrisa.

-¡Me alegra verlos, chicos! ¿Les ha sentado bien el descanso?-

-¿Descanso?- Exclamó Marlon, quien no consideraba el asistir al colegio después de una gira un verdadero descanso. Joseph miró a su hijo a modo de advertencia, Suzanne le hizo un gesto gracioso al chico y siguió.

-Vengan, hay mucho qué hacer. Empezarán por ensayar la canción que interpretarán a dúo con el Sr. Nabors…-

-¿Cantáremos con Jim Nabors?- Preguntó Jermaine con emoción.

-Sí, Berry adaptó “Shortnin’ bread” con una de las canciones que quedaron fuera de los álbumes anteriores, se le ha notificado al Sr. Nabors y está de acuerdo. Deben aprenderla ahora con los músicos y…-

-¿No la tocaremos?- Preguntó Tito.

-No, llevarán una pista, bien, deben aprenderla y ensayarla por ahora, después aprenderán los libretos que la oficina del Señor Nabors nos ha enviado.- Dijo, repartiéndolos entre los muchachos. A las doce debemos estar en el estudio de televisión para los ensayos generales y cuando terminen, volveremos aquí para que Michael pueda continuar con la grabación del disco, ¿me han entendido?-

-Sí, Suzanne.- Dijeron todos al unísono.

Comenzaron a ensayar la canción, aprendiendo los añadidos de Berry que no eran más que la mezcla de “Love come in differents flavors”. Tras aprenderla, se dedicaron a revisar el libreto y aprenderlo, para luego salir a la hora convenida con rumbo al estudio de televisión.

Al llegar, fueron recibidos por la asistente de Jim Nabors, la cual los guió hacia el camerino que ocuparían durante el show. Los chicos tuvieron unos minutos para instalarse, mientras la asistente, Suzanne y Joseph, iban a reunirse con el Señor Nabors. Jackie, Tito y Jermaine hablaban entre ellos, emocionados por el show, Marlon se acercó a Michael para conversar a media voz.

-No pude decirte antes, pero, esta mañana antes de salir, le di a Dorinda la carta y le pedí que la pusiera en el correo lo más pronto posible.-

-¡Genial! Ni siquiera me di cuenta de cuando lo hiciste, ¡podrías ser un excelente agente privado, Marlon!-

-Sí, sí, lo sé.- Replicó el niño muy halagado.- Ahora veré si puedo usar uno de los teléfonos de aquí.-

-¡¿De aquí?!- Exclamó, Michael, conmocionado. Los hermanos mayores se giraron a verlos, mientras que Marlon lo hacía callar con premura.- ¿Usarás un teléfono de aquí para llamar a Nueva York?-

-Sí, no me queda de otra, es el único momento del día en que Joseph nos ha quitado la vista de encima. Cuando volvamos a casa será junto con él, no podré usar el teléfono allá y será otro día perdido. Tiene que ser aquí.-

Michael se mordió los labios. Era un plan muy temerario, arriesgado en extremo, pero Marlon tenía razón. Miró a su hermano y dijo.

-De acuerdo, voy contigo, entre los dos podremos dar con un teléfono y yo vigilaré para que Joseph no nos vea.-

-¡Así se habla! Vamos.-

Ambos chicos salieron del camerino aprovechando la distracción de sus hermanos. No tardaron mucho en dar con el área de teléfonos públicos del estudio, la cual para fortuna no se hallaba tan lejos del área de camerinos. Marlon tomó el auricular de uno de ellos.

-¿Tienes una moneda?-

-¡Creí qué tenías una!-

-Bueno, bueno, tranquilo, ya se me ocurrirá algo.-

-Déjenmelo a mí.- Dijo Jimmy.

-¿Qué piensas hacer?- Inquirió Michael. Marlon miró a su hermano y comprendió que la pregunta no iba para él, ya que miraba al vacío que se hallaba a su lado.

Jimmy se acercó al teléfono que se hallaba a lado del que Marlon ocupaba, palpó el aparato, primero dándole unos golpecitos en la parte superior, luego en la parte inferior. Marlon escuchaba los golpeteos en el metal del teléfono con alegría y sorpresa.

-¿Eso… eso lo está haciendo Jimmy?- Le preguntó a Michael, mirando fijamente hacia el teléfono, con los ojos brillando de emoción y una enorme sonrisa en los labios.

-Sí… aun no sé que pretende…- Murmuró, Michael, mirando trabajar a Jimmy.

El chico fantasma dio un golpe final al teléfono y de la ranura de devolución de monedas salieron botadas algunas. Michael y Marlon las recogieron de inmediato.

-¡Qué genial!- Exclamaba Marlon casi en éxtasis. Se había aficionado ya a las historias de fantasmas y el “ver” a Jimmy en acción le parecía maravilloso.

-Esto es casi un robo…- Murmuraba el más pequeño con una punzadita de culpa. Sabía que era un mal necesario, pero aun así su conciencia amenazaba con torturarle.

-¡Oigan! ¡¿Qué están haciendo?!- Gritó un hombre regordete, tez blanca, amplia frente y avanzada edad que llegaba por detrás de ellos. Michael, abochornado, se detuvo en seco y se giró para encararle, dispuesto a pedir disculpas.

-Lo sentimos, lo sentimos muchísimo, es que, nosotros…-

-¿A quién le estás hablando?- Preguntó Marlon con extrañeza al tiempo que miraba hacia atrás.

-Al… hombre que…- Balbució Michael.- ¿No puedes verlo?-

-Yo sí puedo verlo.- Dijo Jimmy.- Y él puede verme a mí.- Michael se giró hacia Jimmy con sorpresa y luego otra vez hacia donde estaba el hombre.

-No puede ser… ¡¿Estás viendo otro fantasma?!- Exclamó Marlon con el tono de quien acabara de enterarse que celebraría su cumpleaños en Disneyland-¡Esto es genial!-

-¡Eso es vandalismo, niños! ¿Acaso quieren que llame a la policía?- Gritaba el hombrecillo. Vestía una camisa azul cielo y unos pantalones azul marino, debía ser un conserje ya que traía una escoba en la mano.

-No…no, señor, no, lo sentimos, es que solo.-

-Tranquilo viejo.- Jimmy interrumpió a Michael.- Los chicos solo me están ayudando, tú comprendes, ¿no es cierto?-

El hombrecillo miró a Jimmy como si este le tratara de embaucar.

-No, no entiendo, y si no quieren que llame a la policía será mejor que dejen esas monedas y se vayan de aquí.-

-¿Llamar tú a la policía? ¡No juegues, anciano! ¡Tú no puedes hacer eso!-

-¿A no? Si cuando termine de contar hasta cinco no empiezan a irse, ya verás como sí lo hago.-

Michael y Jimmy se miraban atónitos entre sí, no terminaban de entenderlo.

-¿Qué no escuchaste lo que dije?- Le espetó el anciano a Marlon, quien se hallaba muy ocupado marcando el teléfono.- ¡Deja ya ese teléfono y devuelve lo que tomaste!-

-Señor… mi hermano no puede oírlo… él…-

-¿Vas a decirme qué es sordo? ¿Un sordo que usa el teléfono?-

-No, no es sordo, es que… él no puede oír a los que… a los que son como usted…-

-¡¿A los que son como yo?!- Soltó el hombre, ahora más enojado.- ¡¿Qué clase de tonterías son esas?! ¡¡Malditos mocosos groseros, mira que ignorar a sus mayores!!-

-No, en verdad…- Balbució Michael.

-¿Qué no te has dado cuenta de qué estás muerto, viejo?- Le soltó Jimmy. El anciano lo miró como si el muchacho estuviera loco o pretendiera jugarle una muy mala broma. Sus ojos reflejaban la furia que le estaban provocando. Miró a Marlon, quien seguía en la línea.

-¡¡¡Suelta el maldito teléfono!!!- Gritó, y al mismo tiempo levantó la escoba y como si fuera un bate de béisbol, la dirigió con toda su fuerza hacia el teléfono que ocupaba Marlon.

-¡¡Cuidado!!- Le gritó Michael a su hermano mientras lo derribaba hacia el piso. El teléfono recibió aquel impacto sobrenatural, haciendo un horrible estruendo.

El teléfono quedó abollado, como si fuera un auto que hubiese sufrido un terrible accidente. Marlon lo miró con sorpresa para después maravillarse ante este extraordinario suceso.

El anciano conserje, al verlos aun ahí, se dispuso a dar otro escobazo. Michael tomó a Marlon y lo jaló para llevarlo corriendo hacia los camerinos. Ambos llegaron a donde se encontraban sus hermanos, sudorosos y agitados.

-¡¿Dónde estaban?! ¡¿Qué estaban haciendo?!-Les interrogó Jackie al verlos llegar.
-Viejo… ¿Qué fue ese ruido?- Inquirió ahora Tito, pues el estruendo del escobazo al teléfono había sido tan fuerte que muchos de los actores se habían asomado de sus camerinos con la intención de averiguar qué pasaba.

Aún agitados, Marlon y Michael se sentaron en la salita del camerino. Jackie temía lo peor, que sus hermanitos hubieran hecho una travesura que provocara aquel escándalo y les costara una tunda por parte de Joseph.

-Escuchen bien, si Joseph pregunta, nadie ha salido de aquí, ¿está claro?- Les indicaba Jackie a sus cuatro hermanos, al tiempo que daba pañuelos a Marlon y Michael para que se secaran el rostro.- Hemos estado aquí y estos dos están agitados porque han estado bailando, ¿Correcto?-

-Sí, claro, seguro.- Replicaron Tito y Jermaine.

-En cuanto ustedes, será mejor que no salgan de aquí otra vez, ¿les queda claro?-

-S… sí, Jackie.- Contestaron los dos pequeños, recuperando el aliento.

Afuera todo era un barullo interminable. Los actores que se hallaban en los otros camerinos, iban y venían tratando de averiguar que había pasado. Aunque solo podían ver el teléfono abollado, botando monedas como si fuera una cascada.