Child of the light

Child of the light
Jackson 5

martes, 16 de noviembre de 2010

Capitulo 19

Capítulo 19

Capitulo 19

-¿Una “premono… qué?- Preguntó Michael con extrañeza, la palabrita le sonaba totalmente desconocida y rara.

-Premonición, “moni” no “mono”, una premonición es una visión de algo que ocurrirá…-

-¡¿Quiere decir que me voy a ahogar?!- Exclamó el niño, aterrado, ¡Con lo que adoraba el agua!

-Bueno, no, en sí no creo que haya sido una premonición en forma, digo, no es algo que vaya a pasar, sino algo que ya pasó.-

Jimmy y Michael se miraron entre si, para luego volver a mirar a Marlon.

-Explícate, que no te entendemos nada.-

-Es simple, hermano, quizá lo que viste en tu sueño es el lugar donde se encuentra el cuerpo de Jimmy.-

Tanto el niño como el fantasma dieron un respingo. De un salto Michael se acercó a su hermano.

-¿Estás seguro?-

-Es lo más probable. Si Jimmy pudo ver lo que tú soñabas y sintió lo que tú sentías, quiere decir que él está ligado a ese sueño, quizá sea una señal de lo que le ocurrió o de donde se encuentra.-

-Entonces… ¿Jimmy está en un pozo?- Inquirió Michael con tristeza. Y es que el hecho de recordar lo terrible y lúgubre de aquel lugar, la horrible sensación que lo invadió durante esa “visión” le hacia sentir una gran pena por el pobre Jimmy.

-¿Era un pozo lo que viste?- Preguntó a su vez Marlon. Michael meditó un momento.

-Eso parecía… no estoy seguro, solo sé que había mucho agua sucia…-

-No hay pozos en Nueva York…- Siguió Marlon, continuando su paseíllo por el cuarto, mientras sacaba sus propias conclusiones. Dio una mordida al panecillo que tomara de la cena de su hermano y luego dijo.- Digo, Nueva York no es Gary, ahí no hay zonas rurales en las que se puedan encontrar viejos pozos, eso solo significa una cosa.- Marlon se inclinó repentinamente hacia Michael, como si fuera un policía en un interrogatorio, Michael dio un paso hacia atrás, mirando a su hermano con expectación.- El cuerpo de Jimmy se encuentra en el fondo del Río Hudson.-

-¡¿Qué?!- Soltaron el fantasma y Michael al unísono.

-¿Estás seguro?-

-Podría casi jurarlo.- Afirmó Marlon, cruzándose de brazos y dando otra mordida al panecillo, como si Sherlock diera una bocanada a su pipa. Los ojos de Michael brillaban de emoción, maravillado por la astucia de su hermano.

-¡Eres grandioso, Shaft!- Exclamo el niño, Marlon sonrió halagado.- ¡Debemos decírselo a la policía!-

-Supongo… es decir, ¡Es verdad!-Afirmó el muchacho.- Veré como hago mañana, pero me comunicaré con la policía neoyorquina, quizás este dato pueda ayudarles.-

-Sí.-

-Tendrá que ser antes de ir al estudio, ¡A mala hora ha venido a caer esta invitación para la televisión! Cuando Joseph no está en casa es mucho más fácil hacerse del teléfono. En fin, que ya veremos mañana. Ahora será mejor que me vaya antes de que se den cuenta que seguimos despiertos.-

-De acuerdo, buenas noches.-

Marlon se acercó a la puerta, se asomó hacia fuera y viendo libre el camino se dirigió a su cuarto corriendo. Michael se sentó a terminar su cena, meditabundo. Echó un vistazo a Jimmy, el joven fantasma se veía igual de ensimismado que él. Era un alivio tener una idea del posible paradero de su cuerpo, esperaba que esto le facilitara las cosas a ambos.

Muy temprano por la mañana, la actividad volvía a iniciarse en el hogar de encino. Pero ahora no solo Michael se alistaba para ir al estudio, pues sus hermanos debían ir con él y su padre también. Un cierto rumorcillo de emoción recorría al grupo de niños mientras iban y venían por la casa a las carreras. Joseph los apuraba a todos con sus acostumbrados gritos de impaciencia.

En breve se hallaban en el estudio. Suzanne al verlos llegar, se acercó a ellos con su acostumbrada gran sonrisa.

-¡Me alegra verlos, chicos! ¿Les ha sentado bien el descanso?-

-¿Descanso?- Exclamó Marlon, quien no consideraba el asistir al colegio después de una gira un verdadero descanso. Joseph miró a su hijo a modo de advertencia, Suzanne le hizo un gesto gracioso al chico y siguió.

-Vengan, hay mucho qué hacer. Empezarán por ensayar la canción que interpretarán a dúo con el Sr. Nabors…-

-¿Cantáremos con Jim Nabors?- Preguntó Jermaine con emoción.

-Sí, Berry adaptó “Shortnin’ bread” con una de las canciones que quedaron fuera de los álbumes anteriores, se le ha notificado al Sr. Nabors y está de acuerdo. Deben aprenderla ahora con los músicos y…-

-¿No la tocaremos?- Preguntó Tito.

-No, llevarán una pista, bien, deben aprenderla y ensayarla por ahora, después aprenderán los libretos que la oficina del Señor Nabors nos ha enviado.- Dijo, repartiéndolos entre los muchachos. A las doce debemos estar en el estudio de televisión para los ensayos generales y cuando terminen, volveremos aquí para que Michael pueda continuar con la grabación del disco, ¿me han entendido?-

-Sí, Suzanne.- Dijeron todos al unísono.

Comenzaron a ensayar la canción, aprendiendo los añadidos de Berry que no eran más que la mezcla de “Love come in differents flavors”. Tras aprenderla, se dedicaron a revisar el libreto y aprenderlo, para luego salir a la hora convenida con rumbo al estudio de televisión.

Al llegar, fueron recibidos por la asistente de Jim Nabors, la cual los guió hacia el camerino que ocuparían durante el show. Los chicos tuvieron unos minutos para instalarse, mientras la asistente, Suzanne y Joseph, iban a reunirse con el Señor Nabors. Jackie, Tito y Jermaine hablaban entre ellos, emocionados por el show, Marlon se acercó a Michael para conversar a media voz.

-No pude decirte antes, pero, esta mañana antes de salir, le di a Dorinda la carta y le pedí que la pusiera en el correo lo más pronto posible.-

-¡Genial! Ni siquiera me di cuenta de cuando lo hiciste, ¡podrías ser un excelente agente privado, Marlon!-

-Sí, sí, lo sé.- Replicó el niño muy halagado.- Ahora veré si puedo usar uno de los teléfonos de aquí.-

-¡¿De aquí?!- Exclamó, Michael, conmocionado. Los hermanos mayores se giraron a verlos, mientras que Marlon lo hacía callar con premura.- ¿Usarás un teléfono de aquí para llamar a Nueva York?-

-Sí, no me queda de otra, es el único momento del día en que Joseph nos ha quitado la vista de encima. Cuando volvamos a casa será junto con él, no podré usar el teléfono allá y será otro día perdido. Tiene que ser aquí.-

Michael se mordió los labios. Era un plan muy temerario, arriesgado en extremo, pero Marlon tenía razón. Miró a su hermano y dijo.

-De acuerdo, voy contigo, entre los dos podremos dar con un teléfono y yo vigilaré para que Joseph no nos vea.-

-¡Así se habla! Vamos.-

Ambos chicos salieron del camerino aprovechando la distracción de sus hermanos. No tardaron mucho en dar con el área de teléfonos públicos del estudio, la cual para fortuna no se hallaba tan lejos del área de camerinos. Marlon tomó el auricular de uno de ellos.

-¿Tienes una moneda?-

-¡Creí qué tenías una!-

-Bueno, bueno, tranquilo, ya se me ocurrirá algo.-

-Déjenmelo a mí.- Dijo Jimmy.

-¿Qué piensas hacer?- Inquirió Michael. Marlon miró a su hermano y comprendió que la pregunta no iba para él, ya que miraba al vacío que se hallaba a su lado.

Jimmy se acercó al teléfono que se hallaba a lado del que Marlon ocupaba, palpó el aparato, primero dándole unos golpecitos en la parte superior, luego en la parte inferior. Marlon escuchaba los golpeteos en el metal del teléfono con alegría y sorpresa.

-¿Eso… eso lo está haciendo Jimmy?- Le preguntó a Michael, mirando fijamente hacia el teléfono, con los ojos brillando de emoción y una enorme sonrisa en los labios.

-Sí… aun no sé que pretende…- Murmuró, Michael, mirando trabajar a Jimmy.

El chico fantasma dio un golpe final al teléfono y de la ranura de devolución de monedas salieron botadas algunas. Michael y Marlon las recogieron de inmediato.

-¡Qué genial!- Exclamaba Marlon casi en éxtasis. Se había aficionado ya a las historias de fantasmas y el “ver” a Jimmy en acción le parecía maravilloso.

-Esto es casi un robo…- Murmuraba el más pequeño con una punzadita de culpa. Sabía que era un mal necesario, pero aun así su conciencia amenazaba con torturarle.

-¡Oigan! ¡¿Qué están haciendo?!- Gritó un hombre regordete, tez blanca, amplia frente y avanzada edad que llegaba por detrás de ellos. Michael, abochornado, se detuvo en seco y se giró para encararle, dispuesto a pedir disculpas.

-Lo sentimos, lo sentimos muchísimo, es que, nosotros…-

-¿A quién le estás hablando?- Preguntó Marlon con extrañeza al tiempo que miraba hacia atrás.

-Al… hombre que…- Balbució Michael.- ¿No puedes verlo?-

-Yo sí puedo verlo.- Dijo Jimmy.- Y él puede verme a mí.- Michael se giró hacia Jimmy con sorpresa y luego otra vez hacia donde estaba el hombre.

-No puede ser… ¡¿Estás viendo otro fantasma?!- Exclamó Marlon con el tono de quien acabara de enterarse que celebraría su cumpleaños en Disneyland-¡Esto es genial!-

-¡Eso es vandalismo, niños! ¿Acaso quieren que llame a la policía?- Gritaba el hombrecillo. Vestía una camisa azul cielo y unos pantalones azul marino, debía ser un conserje ya que traía una escoba en la mano.

-No…no, señor, no, lo sentimos, es que solo.-

-Tranquilo viejo.- Jimmy interrumpió a Michael.- Los chicos solo me están ayudando, tú comprendes, ¿no es cierto?-

El hombrecillo miró a Jimmy como si este le tratara de embaucar.

-No, no entiendo, y si no quieren que llame a la policía será mejor que dejen esas monedas y se vayan de aquí.-

-¿Llamar tú a la policía? ¡No juegues, anciano! ¡Tú no puedes hacer eso!-

-¿A no? Si cuando termine de contar hasta cinco no empiezan a irse, ya verás como sí lo hago.-

Michael y Jimmy se miraban atónitos entre sí, no terminaban de entenderlo.

-¿Qué no escuchaste lo que dije?- Le espetó el anciano a Marlon, quien se hallaba muy ocupado marcando el teléfono.- ¡Deja ya ese teléfono y devuelve lo que tomaste!-

-Señor… mi hermano no puede oírlo… él…-

-¿Vas a decirme qué es sordo? ¿Un sordo que usa el teléfono?-

-No, no es sordo, es que… él no puede oír a los que… a los que son como usted…-

-¡¿A los que son como yo?!- Soltó el hombre, ahora más enojado.- ¡¿Qué clase de tonterías son esas?! ¡¡Malditos mocosos groseros, mira que ignorar a sus mayores!!-

-No, en verdad…- Balbució Michael.

-¿Qué no te has dado cuenta de qué estás muerto, viejo?- Le soltó Jimmy. El anciano lo miró como si el muchacho estuviera loco o pretendiera jugarle una muy mala broma. Sus ojos reflejaban la furia que le estaban provocando. Miró a Marlon, quien seguía en la línea.

-¡¡¡Suelta el maldito teléfono!!!- Gritó, y al mismo tiempo levantó la escoba y como si fuera un bate de béisbol, la dirigió con toda su fuerza hacia el teléfono que ocupaba Marlon.

-¡¡Cuidado!!- Le gritó Michael a su hermano mientras lo derribaba hacia el piso. El teléfono recibió aquel impacto sobrenatural, haciendo un horrible estruendo.

El teléfono quedó abollado, como si fuera un auto que hubiese sufrido un terrible accidente. Marlon lo miró con sorpresa para después maravillarse ante este extraordinario suceso.

El anciano conserje, al verlos aun ahí, se dispuso a dar otro escobazo. Michael tomó a Marlon y lo jaló para llevarlo corriendo hacia los camerinos. Ambos llegaron a donde se encontraban sus hermanos, sudorosos y agitados.

-¡¿Dónde estaban?! ¡¿Qué estaban haciendo?!-Les interrogó Jackie al verlos llegar.
-Viejo… ¿Qué fue ese ruido?- Inquirió ahora Tito, pues el estruendo del escobazo al teléfono había sido tan fuerte que muchos de los actores se habían asomado de sus camerinos con la intención de averiguar qué pasaba.

Aún agitados, Marlon y Michael se sentaron en la salita del camerino. Jackie temía lo peor, que sus hermanitos hubieran hecho una travesura que provocara aquel escándalo y les costara una tunda por parte de Joseph.

-Escuchen bien, si Joseph pregunta, nadie ha salido de aquí, ¿está claro?- Les indicaba Jackie a sus cuatro hermanos, al tiempo que daba pañuelos a Marlon y Michael para que se secaran el rostro.- Hemos estado aquí y estos dos están agitados porque han estado bailando, ¿Correcto?-

-Sí, claro, seguro.- Replicaron Tito y Jermaine.

-En cuanto ustedes, será mejor que no salgan de aquí otra vez, ¿les queda claro?-

-S… sí, Jackie.- Contestaron los dos pequeños, recuperando el aliento.

Afuera todo era un barullo interminable. Los actores que se hallaban en los otros camerinos, iban y venían tratando de averiguar que había pasado. Aunque solo podían ver el teléfono abollado, botando monedas como si fuera una cascada.




2 comentarios:

liz dijo...

Otro fantasma???
O.O OMG! pobre de mi Michael,
y se ve de tan mal caracter..
ojala este nuevo fantasma, no se, de claves para desemarañar el asunto o ayude en algo o mejor que no estorbe..XD
y que buen investigador mental es Marlon, yo lo contrato!!!
y el pobre telefono, ya ni pudieron marcar..
quiero otro! quiero otro!
no tardes..
te quiero

Ary Channels dijo...

Marlon es un amor en ayudar a Michael :3
Stella, no me canso de mencionarte lo buena escritora que eres y la creatividad que despides :D Espero que cuando termines éste, no nos abandones y sigas compartiendo tu talento con nosotras ;D
Un abrazo