Child of the light

Child of the light
Jackson 5

jueves, 1 de julio de 2010

Child of the light cap 10



Capitulo 10.

Era una noche ajetreada en aquella jefatura de policía neoyorquina.

Los oficiales, entraban y salían ya fuera para ir a cumplir con sus órdenes o que volvieran con algún convicto arrestado. El caos que parecía bullir ahí era intimidante para cualquiera.

Pero eso no detuvo a la mujer que, preocupada, con los signos del llanto y el sufrimiento en el rostro, se atrevió a internarse en aquel hervidero de gente y seguir su camino, con tribulaciones, hasta llegar ante uno de los escritorios de la oficina. El oficial a cargo se acercó al ver a aquella mujer, madura como de 40 años, y con semblante de desesperación.

-Buenas noches, señora. Soy el oficial Thomas Jenkins, ¿en qué puedo ayudarla?-

-Oficial… mi nombre es Monique Thompson… mi hijo, mi hijo James se encuentra perdido desde hace varios días y no sé que puedo hacer…- Dijo, ahogándose en sollozos.

-Cálmese señora, la ayudaremos, ¿tiene alguna foto de su hijo a la mano?- La mujer, presurosa, sacó del interior de su abrigo una vieja foto de su hijo.- Muy bien, ¿qué edad tiene su hijo? ¿Sabe usted a dónde fue la última vez que lo vio? ¿Iba con alguien?- El oficial colocó un formulario de búsqueda en la máquina de escribir.

-Tiene 20 años, y… no… no sé a dónde fue ese día, solo sé que trabajaba con unos amigos, pero la verdad, nunca supe con quienes y en dónde.- La mujer se recriminaba a sí misma por aquella ignorancia.

-No se preocupe, de todas formas, veremos qué podemos hacer, ¿me repite el nombre de su hijo, señora?-

-James Thompson.-

El oficial había comenzado a tipear, cuando se detuvo.

-¿James Thompson?- Repitió, con cierta incredulidad. La señora al notarlo, le miró esperanzada.

-Sí… ¿Sabe algo de él?-

-Eh… no, no lo creo…- Murmuró el policía, pero recordando aquella curiosa llamada de la voz chillona que parecía decir algo dónde le sonaba ese nombre.


En Chicago, la noche prometía ser de tormenta.

El cielo era atravesado continuamente por rayos acompañados de sus respectivos truenos, no era precisamente la noche más halagüeña para viajar por avión, sin embargo, el grupo y su comitiva debía estar por la mañana en Los Ángeles y no podían detenerse por una nimiedad como esa.

-Iré a ver si la aeromoza tiene más revistas como las que encontré en el otro avión, quizá nos sirvan para ayudar a Jimmy.- Le dijo Marlon a Michael, ya que compartían el asiento. Michael asintió levemente, se hallaba hecho un ovillo sobre su asiento, aterrado por un relámpago que había cruzado el cielo.

-No creí que te asustaran esas cosas.-Le dijo Jimmy, apareciendo a su lado.

-Odio volar con relámpagos… ¿Qué tal si le pegan al avión y nos caemos?-

-Pues entonces seré tu guía en el más allá.- Replicó el fantasma a son de broma. Michael le miró sin saber si reír o llorar.- Está bien, mal chiste.-

-Dime, Jimmy… ¿Qué hacías antes?- Murmuró el pequeño, aun hecho un ovillo en su asiento.

-¿Antes?-

-Ya sabes… cuando vivías, ¿a qué te dedicabas? ¿Estudiabas?-

Jimmy hizo una mueca ligera de desagrado. No le gustaba la idea de ventilar su vida de esa forma, pero pensó que quizá eso ayudaría al niño a no pensar en la tormenta, y pese a ir contra sus instintos de privacidad, dijo.

-Trabajaba…-

-¿Haciendo qué?-

-Un poco de todo…-

-¿Qué es un poco de todo?-

-¡Vaya qué eres curioso!- Espetó, casi gruñendo. Miró a Michael y este le veía con sus enormes y cristalinos ojos. Jimmy, giró el rostro hacia otro lado.- Estaba en una pandilla.-

-¿Una pandilla?- Inquirió Michael con total interés, tanto que se acomodó en el asiento dejando su postura introvertida e inclinándose hacia dónde se hallaba Jimmy.- ¡¿De gángsters?!-

-No…- Replicó el otro con una risita, aunque después de unos segundos, dijo.- O quizá sí… La verdad, sí era un grupo, pues, criminal, pero no sé si serían gángsters.-

-¡Wow!- Exclamó el niño, emocionado.- ¿Usaban sombreros y esas cosas? ¿Cómo en los intocables?-

-No, no sé, nunca conocí más que a mis jefes directos.-

-¿Qué hacías en el grupo?-

-Trabajos menores, descargue de contrabando, golpear a los renegados del grupo, cosas como esas…- Murmuró el joven con desinterés, o por lo menos fingiéndolo.

Michael pudo notar su incomodidad.

-Lo siento, no debí preguntar eso.-

-¡Nah! Olvídalo, no importa.-

-No estabas ahí por gusto, ¿verdad?-

-Dudo mucho que la mayoría esté ahí por gusto.-

-Entonces, ¿por qué te uniste a ese grupo?-

Jimmy exhaló (si es que eso era posible) un gran suspiro.

-Mi madre… ella se hace cargo de nosotros, sola… quería ayudarla.-

-¿Qué hay de tu papá?-

-¡Bah!- Fue la única respuesta del fantasma, Michael, comprendiendo, no quiso insistir.

-¿Cuántos hermanos tienes?-

-Tres, una de trece, y otros dos de siete y cinco.-

-Son pocos.-

-¿Pocos? Dices eso porque tú no los mantienes.-

-Yo tengo ocho hermanos, dime si a lado mío no son pocos.-

Jimmy rió, la forma en la que Michael se conducía en algunas ocasiones era similar a la de un adulto pequeño, algo que le hacía mucha gracia.

-¿Desde cuando ayudas en tu casa?- Preguntó Jimmy.

-Yo siempre procuro ayudar. Cuando vivíamos en Gary nos turnábamos entre Marlon y yo para llevar o recoger a Randy del colegio y teníamos asignaciones en casa.-

Jimmy bufó y sonrió ante esta respuesta. ¿Acaso el chico se hacía el desentendido a propósito o en verdad no había entendido su pregunta?

-Sí, pero, ¿desde cuando tú y tus hermanos sostienen a su familia?-

-¿Sostener? Suena como si los estuviera cargando.- Rió Michael.- pero si lo que quieres decir es sobre ayudar con el dinero en la casa, pues… sí, muchas de nuestras presentaciones nos hacían ganar algo de dinero que mamá usaba en la casa. Yo tenía cinco años cuando comenzamos con esto.-

-¡¿Cinco?!- Exclamó Jimmy asombrado, aunque claro, si lo veía con lógica, ¿Desde qué edad pensaba él que podía estar el niño en ese negocio si a su edad ya era una figura popular, exitosa y reconocida? Y pese a todo, la idea le desagradó, pues se imaginaba a su pequeño hermano trabajando de esa manera y no le gustó.

-¿Y tú? ¿Desde cuando?- Le devolvía el niño la pregunta.

-Desde los dieciséis.- Replicó.- Desde los dieciséis que soy un criminal.- Dijo con amargura.

-No lo eres.-

Jimmy miró a Michael con extrañeza.

-¿Por qué dices eso?-

-Es sencillo, yo estoy en un grupo, canto, bailo y me gusta a pesar de todo, en fin, por lógica soy un artista. Tú estás en una pandilla, cometes crímenes pero no te gusta, por lógica no eres un criminal, no puedes ser algo que no te gusta ser.-

Jimmy no estaba seguro si la “lógica” del niño era viable, pero debía admitir que le hacía sentir mejor y le agradaba.

-Gracias.- Le dijo sonriendo. Michael correspondió aquella sonrisa.

-¿Y cómo se llaman tus hermanos, y tu mamá?- Siguió Michael. Jimmy comenzó a compartir con el niño todos esos detalles que él le preguntaba.

Ambos charlaban y reían amenamente. Marlon, quien había visto la actitud de su hermano, decidió no interrumpirlo, sabiendo que estaría charlando con Jimmy, así que optó por sentarse junto a Jermaine, quien se hallaba en un asiento para él solo. Joseph también notaba el extraño comportamiento de su hijo menor, extrañado de tal actitud y temiendo que los que se hallaban en el vuelo comenzaran a murmurar, se acercó al asiento y amenazante, se inclinó sobre el niño.

-¡¿Qué diablos estás haciendo?!- Gruñó en un susurro.

-N… nada…- Replicó Michael en un murmullo nervioso. El tener a Joseph tan cerca lo intimidaba demasiado.

-¡Compórtate como se debe, si no van a decir que estás loco!-Le advirtió, separándose del asiento, pero sin dejar de mirarlo de manera extremadamente severa. Jimmy miraba a Joseph con aun más desagrado. Definitivamente ese sujeto no le agradaba para nada.

-¡Bien chicos, alégrense, estamos por llegar a Los Ángeles!- Exclamó Suzanne con entusiasmo. Los muchachos se asomaron a las ventanillas.

Michael, olvidando el incidente con Joseph, se asomó también a la ventanilla de su asiento y miró. Era verdad, no muy lejos se podía apreciar la bella ciudad de Los Ángeles y la gran colina de Hollywood.

No podía creerlo, había pasado casi todo el viaje sin notarlo, incluso la tormenta había parado y ni siquiera se había dado cuenta.

-Gracias, Jimmy-

-¿Eh… por qué?-

-Por nada, solo gracias.- Dijo el niño, dejando al fantasma confundido.

En menos de media hora, ya descendían del avión en el aeropuerto de Los Ángeles, donde una limosina los esperaba.

4 comentarios:

liz dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
liz dijo...

Por fin!!!
la platica que queria que se dieran entre michael y jimmy, pero senti mucha tristeza de la mamá que lo anda buscando desesperada.. ojala tenga noticias de su hijo pronto.. por lo pronto la interaccion que tienen michael con su nuevo amigo me encanta!!!
Y ni sintio el vuelo gracias a la platica que tuvo con él ...
que pasara?? ya quiero saber como siempre..
un beso
seguimos en contacto
LIZ

liz dijo...

amiga!!!
aqui pasandome.. como estas?
ya espero actualizacion pero te espero XXD
nos vemos
te quiero!! ♥♥♥♥

Anónimo dijo...

¡Wow! ¡Escribes de maravilla amiga! Me declaro oficialmente tu fan, espero ansiosa la entrega número 11, está quedando genial, felicidades, sigue así ^^